Misión imposible
Deportes condenados a la marginación porque compiten sin posibilidad de ganar medallas
Olazábal gana el Masters; Arantxa, Roland Garros y el Abierto de Nueva York; Conchita Martínez, Wimbledon; López Zubero, el Mundial; Cacho, el Europeo; los maratonianos copan el podio de Helsinki; Bruguera y Berasategui, el de París... Está siendo un año fantástico para el deporte español. Pero no todos juegan a campeones. Hay deportistas de élite poscritos, que practican especialidades en las que el triunfo es una misión imposible: el rugby, la halterofilia o el esquí desde que desapareció la saga de los Fernández Ochoa.Mónica Carrió tiene 17 años. La próxima semana se va a Turquía a participar en los Campeonatos del Mundo de halterofilia. "¿Ganar yo? Imposible. Las chinas, con ese jarabe de tortuga, lo ganan todo". Va a ser la única componente del equipo español. "La selección masculina se encuentra en plena fase de renovación y ésta lleva tiempo. Es mejor que compitan el año que viene", revela Celsa Álvarez, portavoz de la Federación Española.
Mónica va a viajar con José Miguel Fernández, que es uno de sus dos entrenadores. Está entusiasmada con participar en el campeonato, pese a que no tiene posibilidades de triunfo: "Soy tan joven, que ahora sólo quiero aprender y acumular experiencia. Estoy en el comienzo de mi carrera y aspiro a ser una campeona, pero con el tiempo. Tengo que empezar poco a poco y estos son los primeros pasos".
Lleva compitiendo desde los 11 años. Su hermano Lorenzo, también levantador, le animó. "No resulta contraproducente levantar pesas desde tan joven", dice. "Al principio no se fuerza y tampoco llegas a tener la musculatura tan definida como en el culturismo. La gente, en este sentido, está muy confundida y cuando me conoce no se cree que yo levante pesas, porque no tengo el tipo que se imagina".
En la federación tampoco se considera que sean unas vacaciones pagadas el hecho de que una levantadora viaje a los Mundiales sin posibilidad alguna de triunfo: "Mónica ha realizado la marca mínima de participación y tiene derecho a competir. Puede estar entre las ocho primeras, algo que no se encuentra al alcance de otros muchos deportistas".
Mónica Carrió se entrena seis horas al día y estudia auxiliar de clínica en la residencia Blume de Madrid, donde está becada, junto con el grupo de élite del equipo masculino. Su sueño, ser olímpica: "El día que declaren la halterofilia femenina como disciplina olímpica, seré la mujer más feliz del mundo".
Otros deportistas españoles también hacen en estas fechas las maletas, los esquiadores, por ejemplo. Después de estar concentrados en el Centro de Alto Rendimiento de San Cugat (Barcelona) viajan a Estados Unidos para iniciar la temporada en las pruebas puntuables para la Copa del Mundo. Cualquier resultado que consigan entre los 30 primeros se considerará un éxito.
"Conseguir un éxito como los que alcanzaban los Fernández Ochoa nos cuesta 10 veces más que a cualquier país alpino, por medios y por clima", declara Carlos Salvadores, director técnico de la Federación Española de Deportes de Invierno. "Nuestro nivel actual, teniendo en consideración lo dicho, es aceptable; entre los 100 mejores del mundo tenemos a cuatro mujeres y a un hombre". ¿Y con éstas clasificaciones a dónde se va? "A la cabeza de los países no alpinos", declara Salvadores.
"La óptima mentalización de un grupo para que compita bien cuando no tiene un ejemplo a seguir, como sucedía antes, es muy difícil", comenta Jorge Pérez, responsable del equipo juvenil. "Ovidio García ya es el mejor español, está incluso entre los 50 mejores del mundo, y ya no tiene ningún otro compañero a quien superar. Si tuviera a algún otro español por encima, sería capaz de mejorar aún más".
La aparente falta de éxitos de los esquiadores españoles, desmentida por Jorge Pérez -"ganan carreras internacionales y de la Copa de Europa"-, no es consecuencia de una escasa preparación. La docena larga de esquiadores españoles que componen el equipo de alta competición viven todo el año dedicados al esquí. "Dos semanas después de que termina la temporada, el 15 de abril, iniciamos los trabajos de preparación física. Todos hacen bicicleta o carrera continua", cuenta Paco Merchán, el preparador físico. "Luego nos metemos en el gimnasio para trabajar la fuerza y cuando llega el otoño esta fuerza hay que transformarla en velocidad. Todos tienen que ser rápidos y tener los cuádriceps y los abdominales de hierro".
Otro deporte tradicionalmente condenado a la marginación en las competiciones internacionales es el rugby. La selección española disputa el próximo día 13, en Hannover, un partido decisivo. "Si ganamos a Alemania, podemos decir que el próximo año estaremos en Primera División junto con Francia, Italia, Rumania y, posiblemente, Rusia", dice José Manuel Moreno, secretario de la Federación Española de Rugby.
Este año le toca a España clasificarse para la Primera División. La República Checa, Portugal y Marruecos no son rivales, así que ganando a Alemania, misión cumplida. El año que viene, ante las potencias del Continente, ya se verá, aunque Moreno confía en que España pueda ser tercera de Europa.
"Nuestro deporte no es profesional", declara José Manuel Moreno. "En Inglaterra, Escocia o Francia, quizá tampoco, pero los componentes de su selección reciben al menos otro tratamiento. Nosotros tenemos que hacer las concentraciones aprovechando los puentes, porque los seleccionados trabajan y en sus empresas no les dan permiso para que vengan a entrenarse. Nuestra ambición es estar entre los mejores del continente, que sí lo tenemos al alcance. Para nosotros, basta".
Recolección de medallas
La recolección de medallas que está obteniendo el deporte español en 1994 aún no ha terminado. En este final de año todavía hay máximas competiciones mundiales, donde algunas federaciones pretenden finalizar la temporada por todo lo alto. Al margen del Masters de tenis, nuevos deportes, como el triatlón, confían en alcanzar el éxito.Virginia Berasategui ya fue medalla de bronce en los Campeonatos de Europa y ahora se va a los del mundo, en WeIlington (Nueva Zelanda),
dispuesta a ser una de las mejores deportistas completas, tras nadar 1.500 metros, competir sobre 40 kilómetros en bicicleta y correr 10 kilómetros, todo seguido. Sus compatriotas masculinos triatletas no están al mismo nivel, pues compiten frente a auténticos profesionales.
La, selección de hockey sobre hierba también viaja a las antípodas, a Sydney, para participar en la Copa del Mundo. El objetivo es disputar las semifinales y, una vez en ellas, esperar cualquier cosa. Alemania tiene una de las mejores selecciones y en los dos últimos enfrentamientos se la ganó por 2-1 y 6-2.
Los karatecas emprenden, igualmente un largo camino hacia Kotakinabalou (Malasia), con el ánimo de disputar todas las medallas de oro. Viajan 20 seleccionados, casi todos campeones de Europa, con la seguridad, al menos, de revalidar el título por equipos.
Las gimnastas de artística también tiene otro compromiso, el Campeonato del Mundo por equipos, en Dortmund (Alemania). "Es una competición nueva, que se disputa por naciones, y tenemos la obligación de quedar bien, para mantener el prestigio alcanzado. Ganar será muy difícil, porque no es ésta la competición que mejor hemos preparado".
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