Atasco provocado

El pasado 14 de octubre (0.30), por segunda vez, fui multado por protestar ante el modo de proceder de un miembro de la Policía Municipal. Dicho agente optó por bloquear la calle de la Corredera Baja de San Pablo (número 12) con su vehículo en dirección contraria al único sentido de la vía y sin utilizar las preceptivas señales luminosas. Sin ninguna autoridad a la que recurrir y sin poder retroceder, a los cinco minutos de espera utilicé el claxon. Nadie respondió. Tras un periodo de tiempo similar volví a usarlo, y al poco aparecía una funcionaria del Cuerpo Municipal (con gorra, pero funcionaria) que airadamente me preguntaba si tenía prisa.Yo contesté no sólo que sí la tenía; además le dije que tal y como está el tráfico, no me parecía correcto abandonar el coche patrulla taponando una vía pública sin una razón urgente, que mi gasolina cuesta mucho dinero y que yo no tenía inconveniente en utilizar un paso alternativo, pero que tenía que salir de allí marcha atrás, imposible. Ella respondió pidiéndome la documentación personal y la del vehículo. Al no encontrar motivo de sanción allí, deciden multarme por haber utilizado señales acústicas. El atasco formado por estos agentes estaba poniendo nerviosos a otros conductores que también usaban sus bocinas. Nerviosos ellos también (casi se llevan mi permiso de conducir), despejaron la calle y, supongo, comprobaron la cantidad de sitios que había para dejar su coche sin necesidad de interrumpir el fluido tráfico madrileño.

Me parece indignante que este tipo de abusos de autoridad se sigan cometiendo en España en 1994 por parte de muchos policías municipales. ¿Desde cuándo un ciudadano no tiene derecho a protestar ante una acción incorrecta? ¿Nadie les enseñó que su función es la de trabajar para el ciudadano y no la de lucirse ante él? ¿Sólo han aprendido a multar indiscriminadamente?

Yo, desde luego, seguiré acumulando sanciones hasta que alguien les explique que estoy en mi perfecto derecho de criticar y denunciar una mala actuación.-