Un trago de agua
Jesús Gil, como todos los años a estas alturas del calendario, está empeñado en mejorar su figura. Dicen que esta decisión suele coincidir con la primera destitución de la temporada. Esta teoría también apunta que las privaciones inciden en su mal humor. Él dice que es mera coincidencia.Gil reside de forma intermitente en una de las mejores clínicas especializadas en adelgazamientos. Por fortuna para él, tanto su trabajo de alcalde como el centro médico están en Marbella. Desde hace tres semanas, Gil sólo bebe agua y apenas come nada. Bueno, si acaso un caldito. Asegura que no tiene hambre. Su inapetencia la justifica en la dieta, basada en litros y litros de agua, y no en los disgustos que le da su equipo.
Para no sufrir tentaciones Gil se desplaza lo menos posible a Madrid. Estuvo en el Calderón, donde presenció la derrota, de su equipo ante el Betis, y regresó a Marbella. Desde allí seguirá el derby. Mendoza le ha invitado al palco del Bernabéu, pero Gil ha preferido pasar el trago bebiendo agua en su alcaldía.
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