Los que apuran el cigarro
Cuando Gilbert Duclos-Lassalle debutó como profesional Bernard Hinault aún no había ganado ningún Tour. Diez años después de que el tejón bretón ganara su quinto Tour, Duclos aún sigue dando pedales. En agosto próximo cumplirá 41 años. Es el último dinosaurio.Otro de su generación, el gran irlandés Sean Kelly, ya ha dado las últimas chupadas al cigarro, casi quemándose los labios. Un corredor que lo ganó todo como clasicómano, y hasta una Vuelta, y que se ha arrastrado las dos últimas temporadas. Ya no resiste mucho más.
El caso de Duclos es una rareza en un mundo en el que ya no caben las longevidades aplastantes de los Zoetemelk o Poulidor. "Duclos es como un monumento, aún rentable en las vísperas de la París-Roubaix -el francés ganó la gran clásica de un día en 1992 y 1993-, y que responde al gusto del ciclismo galo por la creación de mitos", reflexiona Echávarri. "Pero es una persona que ya no aporta nada al ciclismo", añade.
Saber retirarse es una de las lecciones más difíciles de aprender para un corredor. Saber valorar cuándo se está de más es también una cuestión de actitudes. "Los hay que han apurado el cigarro todo lo que han podido", dice Mínguez. "Corredores como Kelly, Caritoux y LeMond. Y otros que han sabido decir basta: no significa nada la retirada de esos comparada con lo que supone para el ciclismo la jubilación de Delgado o Argentin cuando todavía les responden las piernas y la cabeza".
La vida media de un corredor profesional se cifra en 10-12 años. "Eso es un tiempo muy largo", dice Echávarri. "A un corredor le da tiempo a tomar el pulso, a tener cuatro o cinco años de esplendor y luego unos cuantos de una decadencia bien llevada".
Al lado de Duclos-Lassalle, elevando esta media, aún quedan unos cuantos representantes de ese ciclismo de los años 80 que aún no han visto llegada su hora. Corredores como el español Federico Etxabe (debutante en 1982), el escocés Robert Millar (1980), el italiano Giancarlo Perini (1981) o el belga Etienne de Wilde (1979), que siguen apurando el cigarro.
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