Mandan los jóvenes

En junio nadie se acordará del estado de cuentas registrado al cierre de octubre. Sin embargo, el balance provisional del ejercicio da motivos para especular con un nuevo orden en el fútbol europeo. Las penurias económicas de la aristocracia tienden a suprimir derechos de pernada y abren vías para que se oigan las voces de los hambrientos. Pocos clubes son capaces de compaginar sin sobresaltos sus compromisos interiores y continentales.En Italia ya no vale sortear el título entre el Milan, el Juventus o el Inter. El Parma está entre los grandes. Es un equipo que llegó a la Serie A en 1990 tras más de seis décadas en las divisiones inferiores. En Francia, el inquilino del trono no es ni el París Saint-Germain ni el alicaído Mónaco, sino el Nantes, que no ha ganado nada desde 1983. Nadie iba a predecir la aparición del Newcastle al frente de una Liga inglesa que no gana desde 1927, ni las tribulaciones de los Rangers en Escocia, el Bayern en Alemania o el PSV en Holanda. Nadie pensaba que el Anderlecht, aunque dispute el liderato en Bélgica, actuaría de una forma tan penosa en la Liga de Campeones o que el Benfica invertiría los papeles en Portugal.

Las especulaciones sobre la trayectoria del Balón de Oro también son significativas. Los que deberán emitir votos en las próximas semanas apenas cuentan con datos llamativos para sumar a lo apuntado durante el Mundial. Los rivales de Roberto Baggio parecen ser Hristo Stoichkov (28 años), Jurgen Klinsmann (30), Gheorghe Hagi (29) y Franco Baresi, merecedor de un oscar por servicios a la industria a los 34 años. Lo cierto es que desde que fallara su penalti en la final de Los Ángeles, tanto las selecciones como los grandes clubes han entrado en una delicada fase de transición.

No se sabe si, al final de la temporada, seguiremos hablando de Patrice Loko (24 años) Y Nicolas Ouédec (23), los demoledores atacantes del Nantes; o de Andy Cole (23), el prodigioso goleador del Newcastle; o de Ivica Mornar (20) y Milan Rapajic (21), las fuerzas vivas en el ataque de la gran sorpresa de la Liga de Campeones, el desconocido Hajduk Split.

Una vez más, habrá que recurrir ala excepción para comprobar la regla. Entre los teóricos grandes, el Ajax es el único que en consultas parroquiales e internacionales goza de buena salud. Si pasado mañana vence en Amsterdarm al Salzburgo, estará matemáticamente clasificado para los cuartos de final de la Copa de Europa.

Se trata de un conjunto sentenciado a muerte tras la venta de sus figuras -Dennis Bergkamp y Wim Jonk- al Inter. Iba a sufrir para renovar su título ante un PSV que había invertido 1.500 millones de pesetas en fichajes, pero el equipo de Louis van Gaal viajó a Eindhoven y ganó por 1-4.

El Ajax, sin embargo, no cuenta con candidatos al Balón de Oro. El único que lo ha tenido en su punta de mira es Frank Rijkaard que, con sus 32 años, lleva un taco menos que el capitán, Danny Blind. Entre el resto, 19 jugadores tienen 24 años o menos y una aguda hambre de éxitos. Jari Litmanen ha hecho olvidar a Bergkamp, y Van Gaal posee tanta riqueza ofensiva que se ha permitido el lujo de retrasar la posición del finlandés de 23 años para dejar entrada a Patrick Kluivert, un delantero de 18 años que, antes de su debut en la Liga de Campeones ante el Milan, recordaba que en la temporada anterior había actuado en el Olímpico como recogepelotas.

Es uno de los 14 canteranos en la plantilla del campeón holandés. Clarence Seedorf, también con 18 años, compite para los puestos en el centro del campo con Martijn Reuser (19), Tarik Oulida (20) y Edgar Davids, un veterano de 21 años. El extremo Marc Overmars lleva, a los 21 años, 116 encuentros ligueros y 20 partidos con la selección.

Johan Cruyff, defendiendo el estado de desarrollo de su hijo Jordi, sostiene que pueden quemarse. Pero mientras arden echan humo. Los juicios en octubre son prematuros, pero la verdad parcial de la temporada europea es que están mandando los jóvenes.