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PROCESO A UN FINANCIERO

El financiero tiene hipotecado en el Santander el 10% de sus acciones de Grand Tibidabo

., Una parte significativa de la participación del 26% que Javier de la Rosa reconoce que tiene en Grand Tibidabo se encuentra pignorada en el Banco Santander. Esta hipoteca -que afecta a un paquete de entre el 8% y el 10% del capital de Grand Tibidabo- bloquea el acuerdo de cesión y amortización de ese paquete al que llegaron el verano pasado De la Rosa y el consejo de Grand Tibidabo.

El mencionado acuerdo, al que ha tenido acceso este diario, fue firmado el pasado 20 de junio y formalizado días después ante notario. Esta misma semana ha sido presenta do ante la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV), la cual lo está sometiendo a estudio.

La pignoración -un tipo de garantía mucho más firme que una hipoteca, que se otorga al obtener un crédito y comporta que las acciones quedan depositadas en el banco, que puede venderlas en cuanto dejen de pagarse los créditos- se constituyó como garantía adicional del crédito con el que De la Rosa compró una participación del 10% en la azucarera Ebro.

En un primer momento, la garantía del crédito de 10.000 millones de pesetas con el que el financiero compró el paquete de la azucarera al mismo Banco Santander fueron las propias acciones objeto de compra. Sin embargo, cuando el valor de esos títulos bajó en la Bolsa, el Santander pidió al financiero garantías adicionales. En ese momento, De la Rosa aportó una porción de su paquete de acciones en Grand Tibidabo.

Posteriormente, cuando el financiero decidió ceder el 26% de Grand Tibidabo para su amortización, en un intento fallido de compensar las consecuencias de su gestión, se iniciaron las conversaciones para deshipotecar el paquete del 10%. A cambio de eso, De la Rosa ofreció su lujoso yate Blue Legend. Cuando se estaba formalizando esta nueva hipoteca, la orden de detención dictada por el juez la ha dejado naralizada.Bloqueo por la detención

Precisamente la propia cesión de los títulos ha quedado bloqueada tras la orden de embargo de los bienes del financiero. Por un lado, el Santander no sabe si puede cambiar la hipoteca de los títulos de Grand Tibidabo por la del buque. Asimismo, el Consejo de Administración de Grand Tibidabo, presidido por Joan Cruells, tampoco sabe si puede ejecutar la operación y quedarse con las acciones.

El acuerdo de cesión establece como condición para ser ejecutado "que por la junta ordinaria de Grand Tibidabo [que se celebró el pasado 30 de junio] se adopte, con el voto del 51% del capital presente ( ... ) el acuerdo de aprobar las Cuentas de la Sociedad".

Las fuentes consultadas afirman que De la Rosa intentó incluir en el acuerdo, como condición necesaria para su validez, que el consejo de la sociedad renunciase a cualquier acción legal contra él. Ese punto fue suprimido de la redacción final.

El documento establece que la ejecución del acuerdo puede ser decidida unilateralmente por los cuatro miembros del consejo que firman el compromiso: Juan Cruells, Santiago Torneo, Emilio Cassinello y Jorge Segarra. Los costes de la operación se cargan contra la sociedad Nueva Madrugada, controlada por el financiero.

El acuerdo de cesión se justifica con el objeto de "posibilitar la reposición de los fondos propios y valor contable de las acciones de Grand Tibidabo".

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