De la Rosa utilizó 26.000 millones de CNL en 1991 para aplazar la crisis de Torras
Javier de la Rosa utilizó en 1991 hasta 26.000 millones de pesetas de la Corporación CN-L, sociedad que dio origen a la actual Grand Tibidabo, para financiar a Torras y aplazar así el estallido de la crisis de este grupo, que suspendió pagos en diciembre de 1992. Los recursos de los 9.000 pequeños accionistas permitieron a De la Rosa ganar un tiempo precioso y organizar su cobertura para afrontar su ruptura con KIO. El juez Joaquín Aguirre rechazó el recurso de la defensa y confirmó el auto de prisión contra De la Rosa.
El juez Joaquín Aguirre ha cita do a declarar el próximo miércoles a Emilio Pous, auditor de la fusión entre CNL y Tibidabo. También han sido citados Narciso de Mir (mano derecha de De la Rosa), Juan Cruells (presiden te de Grand Tibidabo) y Jorge Segarra, director general con poderes de consejero delegado. El juez confirmó el auto de prisión contra De la Rosa. Sus abogados tienen ahora tres di *as para pre sentar un recurso de queja ante la Sala Segunda de la Audiencia de Barcelona.Gran parte de los créditos concedidos por CNI, a Torras, en torno a 18.000 millones de pe setas, fueron devueltos con los correspondientes intereses, mientras que otra parte muy significativa, en torno a 8.000 millones, no. Por ese motivo, CNI, acabó quedándose con propiedades inmobiliarias de empresas de Torras a las que De la Rosa ha bía prestado miles de millones, como unas naves industriales y los terrenos de Guadalmina que eran propiedad de Prima Inmobiliria. En cualquier caso, a la vista de la suspensión de pagos de Torras, en diciembre de '1992, el riesgo corrido por el dinero de los pequeños accionistas de CNI, resulta evidente. De la Rósa entró en CNI, en abril de 1991 y en los meses siguientes amasó una liquidez cercana a 3.5.000 millones de pesetas, procedentes de la venta de la cartera de leasing al Banco Hispano (30.000 millones) y de la venta de su sede social a la Generalitat (4. 100 millones).Por las mismas fechas el Grupo Torras-KIO atravesaba ya una situación financiera insostenible. Desde antes de la invasión de Kuwait, en agosto de 1990, De la Rosa había venido requiriendo dinero a KIO para soltener al grupo y sus filiales mas endeudades, como Torraspapel, Ercros o Prima. A principios de 1990, KIO prestó 450 millones de dólares. Después de la ocupación del emirato por Irak, en agosto de 1990, las aportaciones de KIO se ampliaron en otros 1.200 millones de -dólares.
En Kuwait las constantes peticiones de fondos eran recibidas con escepticismo y crecían los interrogantes sobre la realidad de las inversiones de KIO en España. En 1991 el histórico presidente de KIO, Fahad Al-Sabah, comenzaba a ser criticado de forma creciente por las autoridades de Kuwait, con lo que su capacidad de cobertura de la catástrofe que se preparaba en España quedaba muy limitada. La desconfianza del estado de Kuwait estaba más que justificada ya que poco después se descubriría que Al-Sabah había desviado miles de millones hacia sus cuentas privadas. En consecuencia, De la Rosa comenzó a encontrar dificultades para captar recursos que taparan el agujero de Torras. En octubre de 1991, KIA, responsable de supervisar a KIO, encargó la primera auditoría sobre Torras.
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