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La subida del papel dispara el hurto en contenedores

Los contenedores de papel situados en la vía pública se han convertido desde junio en objetivo de los traperos y de aquellos que buscan unos ingresos vendiendo periódicos usados al peso. Los cuatreros de los contenedores cabalgan por las calles en sus vehículos desde que se duplicó el precio del kilo de papel usado, una subida debida a motivos coyunturales y que se espera remita en breve.

Las olas de frío y las inundaciones que sufrió Estados Unidos el pasado invierno han afectado a la campaña de recogida de papel usado en aquel país, situación que ha provocado una revolución temporal en las rutas de su exportación por todo el mundo. Una convulsión que ha encarecido esta materia prima.

En total, la Policía Municipal ha contabilizado el saqueo de 207 contenedores en la capital. Esta cifra supone más del 40% de los 505 depósitos azules de tres metros cúbicos de capacidad instalados en la calle. El botín de papel, que no de billetes de banco, puede fácilmente convertirse en unas 20.000 pesetas por cada embalaje saqueado.

PASA A LA PÁGINA 3

Traperos 'comodones'

El Ayuntamiento recogía 250 toneladas menos de papel entre junio y septiembre

Los ladrones no sólo han hecho un curso de reciclaje profesional para convertirse en traperos comodones, también han tenido que aprender las teorías económicas que rigen los precios de los papeles extraídos de "Ios yacimientos urbanos".Ángel Merino, secretario general de la Asociación Española de Recuperadores de Papel y Cartón (Repacar), recurre a la teoría de las catástrofes en Estados Unidos para explicar la subida de los precios: "La tremenda ola de frío que afectó a toda norteamérica y las terribles inundaciones que anegaron muchas zonas del país supusieron una pésima campaña invernal en la recogida de papel usado", explica el directivo, que comenta cómo, poco antes del verano, empezaron a disminuir las reservas estadounidenses. Estas constituyen, normalmente, la principal fuente de abastecimiento para la creciente demanda de celulosa de segundo uso de los países de Extremo Oriente, sobre todo Taiwan y Corea del Sur. "Esta demanda ha abierto el mercado a los principales productores europeos, que han cubierto la demanda oriental", hila Merino; "al disminuir la disponibilidad en España del papel usado alemán y de otros países del norte de Europa, los precios se han disparado".

Otro experto, directivo de una de las empresas asociadas a Repacar, que no quiere dar su nombre, corrobora esta teoría, pero asegura que sólo es una situación coyuntural: "Se trata de un pequeño repunte inflacionista, pero la situación vuelve poco a poco a la normalidad".

Las cuentas salen. Siempre hay algún almacenista desaprensivo al que no le importa la procedencia del papel y entrega al abastecedor unas veinte mil pesetas por cada contenedor de tres metros cúbicos saqueado. Y los ciudadanos, entretanto, han hecho todo el trabajo sucio.

En el Ayuntamiento lamentan el destrozo del mobiliario urbano: "Los contenedores rotos y el cartón esparcido por el suelo no sólo ensucian, también desaniman a los ciudadanos que quieren reciclar su papel.

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