La comisión de garantías del PSOE advierte del riesgo de perder apoyo social

La comisión federal de garantías del PSOE está preocupada por el conflicto interno del partido y ha hecho un llamamiento para que las discrepancias se resuelvan en un ámbito "de cordialidad, tolerancia y solidaridad", ya que, de no conseguirlo, se iniciara "un camino en el que la desafección social será patente". Esta comisión pide que se respeten las decisiones de la mayoría y que ésta tenga en cuenta a las minorías, "sin verse por ello ignoradas o marginadas".Estas consideraciones se han efectuado después de apoyar la resolución de la ejecutiva del pasado 3 de octubre, que anuló el congreso de Huelva. Por unanimidad, la comisión federal de garantías, compuesta por cinco renovadores, tres guerristas y un no adscrito, avaló los planteamientos del secretario de organización, Cipriá Ciscar, sobre los conflictos andaluces. La comisión, en realidad, avala a Ciscar por la vía de desestimar todos los recursos interpuestos por la secretaría de Huelva.

Al margen de las muchas consideraciones sobre idas y venidas de fax en relación al congreso de Huelva en torno a si unos militantes tenían derecho o no a participar en el congreso, este comité de garantías hace unas consideraciones políticas de las que hay escasos precedentes.

El conflicto onubense viene dado por la negativa de la mayoría en esos momentos, encabezada por el guerrista Carlos Navarrete, de admitir a una serie de militantes de la agrupación de Cala con el argumento de que estaban fuera de censo. Los renovadores abandonaron el congreso y Ciscar lo declaró nulo. La ejecutiva del 3 de octubre lo avaló con los votos en contra de los guerristas.

Cultura de la tolerancia

Esta comisión asegura que "en ningún caso podemos hacer de jación de esa cultura de tolerancia que nos ha caracterizado" González clausuró el 33º congreso con una llamada a la integración y pidiendo a todos los delegados que en sus congresos hicieran lo mismo. Andalucía fue el exponente de que la integración realizada a nivel federal no servía para esa comunidad. "Si olvidamos nuestros principios", dice la comisión, "la sociedad más pronto que tarde nos retirará su comprensión y su apoyo".Esta comisión federal afirma que "el juego de las mayorías y minorías, cuando responden, como en nuestro caso, a un proceso de selección democrático, implica la legitimación de todos". "Los primeros [la mayoría], para llevar adelante sus planteamientos, que han de ser acatados por todos, incluidos los discrepantes". "Ahora bien", continúa el texto, "también las minorías tienen el legítimo derecho a poder hacer valer sus criterios dentro de éste juego democrático, sin verse por ello ignoradas o marginadas".

Esta reflexión, señalan los autores, aunque parezca obvia, conviene ponerla de manifiesto para evitar llegar a adoptar una resolución al no haber habido acuerdo entre la ejecutiva y una organización provincial.

"Si, por desgracia, no fuésemos capaces de resolver nuestras legítimas discrepancias dentro de un ámbito de cordialidad, tolerancia y solidaridad, teniendo que acudir incluso fuera del partido para que nos las resuelvan, habremos iniciado un camino en el que la desafección social será patente".