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Tribuna:ELECCIONES VASCAS
Tribuna
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Huevos y silbidos

Tomàs Delclós

Andaba aquella noche el camarero refunfuñando contra su cuñado. "Es un pequeño empresario, de HB, y se pasa el día hablando de libertades nacionales, pero resulta que en casa tiene dicho que quien manda es él. Y a quien no le guste, ya puede largarse. En eso no hay libertad". ¿Y la esposa, su hermana, qué hace? "Nada, aguantarse". Ahí terminó toda la charla. No se le podía hacer mucho caso porque hay carcamales en todas partes y de todos los colores. El personaje era de los que Arzalluz había dibujado en un mitin reciente: "Lo agradable que debe ser vivir como Dios y votar a HB, cubrir todos los flancos".. Pocos días después, sin embargo, hubo ocasión para acordarse del camarero y de su cuñado.Herri Batasuna había convocado un mitin frente al teatro Arriaga de Bilbao. Al fondo de la plaza, una caravana de coches redondeaba el decorado electoral con las banderas habituales en estos casos. Y no faltaba entre ellas, claro, la lila con el espejo de Venus. El ya histórico estandarte del movimiento feminista.

La encargada de oficiar la ceremonia y presentar a los oradores era una chica, cómo diríamos... , muy normal. Y, sin embargo, cada vez que subía al escenario, un coro disperso de muchachos saludaba a su amiga con aquel silbido que lo único que puede querer decir es "tía buena". Nadie, parecía ofenderse, ni tan siquiera su destinataria, que les devolvía una sonrisa. Desde luego, una anécdota sin importancia, pero aquellos chavales o no alcanzaban a saber el significado de su bromita vulgar y machista, incluso "muy española" para algunos- o debían de considerarla una contradiccí6n secundaria. La misma HB,, en su programa, cuando habla de la mujer, dice que conseguir cambios reales exige profundas transformaciones, un cambio de valores y mentalidad. Pues eso.

Beavis y Butt-Head, de haber estado, habrían hecho lo mismo, pero sin abrigarse con ninguna bandera lila. Quizá también fueron ellos dos los que tiraron huevos a Marta Sánchez, que había ido a Santurtzi a presentar su nuevo disco, Mujer. Pero si no fue esta pareja maleducada de dibujos animados, ¿quién? En cambio, los de Izquierda Unida tienen muy claro que fueron jóvenes radicales los que reventaron un mitin suyo. Llevaban una pancarta -"IU, los j óvenes no os queremos"- y agredieron a un militante.

Desde luego, en el llamado mundo radical vasco hay una mezcla complicada. Porque están los que sólo son radicales en el tema nacional -algunas dulces viejecitas que saludan al pistolerismo etarra-; los que quieren serlo en todo elaborando un insoluble discurso, y, por último, los que, sin entretenerse en mayores honduras, se sienten desalojados de la sociedad -el paro ayuda gravemente a ello- y pueden meterse con cualquier cosa o persona que parezca conllevarse o ser de la susodicha sociedad. Un mezcla complicada para quien quiera administrarla o, peor, colgarles una bandera a todos los que pasan por ahí.

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