Producción teatral autóctona
Me alegro de que el Festival de Otoño abandone su política elitista de hace unos años (cuando intentaba deslumbrarnos fugaz mente con importantes fuegos de artificio) para dar paso a un poco más de creación local. Así es como en esta temporada el Festival de Otoño nos ofrece 30 espectáculos teatrales, 22 de ellos españoles.Dieciséis son las compañías nacionales que cuentan con la colaboración de la Comunidad Autónoma de Madrid, incluida la Fura dels Baus que también se beneficia de la generosidad de nuestra Comunidad, aunque las compañías madrileñas no reciban un trato recíproco cuando actúan en Cataluña.
Pero cuando se llega a la danza se acaban las ayudas: nada reciben de la CAM las compañías presentes en el festival. Estadísticamente, no está mal ya que, realmente presente, sólo hay una compañía española (José Antonio y los Ballets Españoles), la cual se tendrá que contentar con la taquilla. Además, le ha tocado en uno de los peores escenarios de la ciudad: 18 bailarines y cuatro músicos (plus de escenografía) harán lo que puedan para moverse en un espacio de 64 metros cuadrados (compare con su piso). La presencia en el programa de "varias compañías madrileñas", que una vez más bailan juntas en el metro (¿el Metropolitan?), parece no merecer la dignidad de aparecer por su nombre, sin duda por su acusado carácter underground.
¿Pretende así la CAM mostrarnos la altura de su política en materia de danza? ¿Es la misma política que, por ejemplo, llevó al exilio a Lola de Ávila hace un par de años? A Lola de Ávila (la maestra de Arancha Argüelles, Trinidad Sevillano, Amaya Iglesias, Ana Laguna -la Giselle del KuIlberg- y otros tantos) le faltaban 200.000 pesetas al mes para pagar el alquiler de su estudio. No pudieron aportar ministerio, Comunidad y Ayuntamiento 66.666,66 pesetas cada uno. Ella está ahora muy bien, gracias, de maestra en el Ballet de San Francisco.
No se nos pasa por alto. que la danza extranjera que podremos ver en el Festival de Otoño iguala en número de espectáculos al teatro. Si existe en nuestra Comunidad una política en materia de danza, ¿serán sus responsables conscientes de que Pina Bausch ha hecho más publicidad de Whuppertal que toda su industria siderúrgica? ¿O que Philippe Decouflé, desde temprana edad, era tan buen embajador de la imagen de París como su alta costura... ?
¿Por qué la mitad de los bailarines de las compañías belgas, Ultima Vez, Rosas y tantas otras, son españoles? ¿A quien presentará Madrid el día que tenga que inaugurar unos Juegos Olímpicos? ¿Llamará a la Fura dels Baus, a Philippe Decouflé o encargará una nueva versión de La Verbena de la Paloma?-
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.