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ELECCIONES EN ALEMANIA

La mecánica electoral permite gobernar a Kohl con una mayoría de 10 escaños

La mecánica electoral alemana ha prestado un servicio inestimable a la actual coalición de centro-derecha (democristianos y liberales) que gobierna en Bonn: la democracia cristiana (CDU/CSU) recibió en el cómputo final 12 escaños suplementarios, y los socialdemócratas (SPD), sólo cuatro. Gracias a esos escaños suplementarios, la coalición demoliberal (CDU/CSU-FDP) podrá disfrutar en el futuro Parlamento Federal (Bundestag) de una mayoría de 10 escaños sobre todas las fuerzas de la oposición.

La coalición se ha salvado casi de penalti en el último minuto. Cuando todo indicaba que la mayoría era de dos exiguos escaños, que hacían casi imposible la tarea de gobernar, los mecanismos de reparto previstos en la complicada legislación electoral alemana han otorgado 12 más a la CDU y sólo cuatro al SPD.Todo se debe al sistema de votación con dos sufragios (el primero personal a un diputado y el segundo a la lista de un partido). El reparto de escaños se realiza según el porcentaje de segundos votos conseguidos por la lista del partido. Cuando un partido consigue más actas directas de las que le corresponderían por su porcentaje de segundos votos, esos diputados elegidos de forma personal no pueden, en ningún caso, quedarse sin escaño porque iría contra la voluntad explícita del electorado. En ese caso, se amplia el número de diputados del partido que ha obtenido más escaños directos que por lista.

Estos mandatos suplementarios hacen que el Bundestag no tenga una cifra fija de escaños. El Bundestag que salió de las elecciones del domingo será, con 672 diputados, el mayor de la historia reciente alemana y también de las democracias occidentales.

En su aparición ante la prensa ayer en Bonn, el canciller Helmut Kohl, de 64 años, declaró: "Mayoría es mayoría. Yo no soy un canciller sólo para el buen tiempo" y añadió que siempre había gobernado con el viento en contra. Cree Kohl que con 10 escaños de ventaja sobre la oposición se puede gobernar y aseguró que la democracia alemana conserva la estabilidad y esto es bueno para la imagen internacional del país.

La prueba de fuego para la mayoría del Gobierno será el día en que el nuevo Bundestag elija canciller en votación secreta. Entonces se verá si Kohl cuenta de verdad con suficiente apoyo para gobernar. Ayer el diario sensacionalista Bild Zeitung consideraba, en su análisis, como posible que se forme una gran coalición (CDU/CSU-SPD) y poco probable que Kohl llegue al final de los cuatro años de legislatura. Para el Bild, Kohl sólo gobernará hasta 1997, cuando consiga batir la marca de Konrad Adenauer de 14 años como canciller.

La bolsa de Francfort reaccionó con altibajos ante el resultado de la elección. A primera hora registró un alza y después cayó 14 puntos, un 0,7 %. Los expertos atribuyen esta caída más a las repercusiones de la baja del dólar, que a un resultado electoral casi anunciado.

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El presidente del SPD y aspirante derrotado a canciller, Rudolf Scharping, de 46 años, ha expresado su intención de repetir la candidatura dentro de cuatro años. Scharping ha dimitido de su cargo de presidente de Gobierno de Renania-Palatinado y asumirá el puesto de líder del grupo parlamentario del SPD en el Bundestag. Desde esa plataforma, Scharping aspira a labrarse una base de lanzamiento para un nuevo intento de quebrar la no escrita ley de bronce que establece que en la República de Bonn nunca un candidato llegó a la cancillería desde la oposición.

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