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Pasiones telefónicas

El furor de los estadounidenses por las tarjetas de teléfono ha desencadenado una fiebre coleccionista

Las tarjetas para llamar por teléfono se han convertido en una extraña pasión norteamericana de los noventa. Se vendieron por valor de 12 millones de dólares en 1992, llegaron a los 65 millones en 1993, y la facturación alcanzará más de 325 millones de dólares (4.225 millones de pesetas). en 1994. No sólo las compañías telefónicas disfrutan del éxito de esta modalidad; se ha desencadenado una fiebre de coleccionistas que algunas exageraciones comparan al interés que en Estados Unidos despiertan los cromos de jugadores de béisbol. Una tarjeta distribuida en la convención nacional del Partido Demócrata. en 1992 para hacer llamadas telefónicas por valor de un dólar se vende ahora por 1.700 (unas 22.000 pesetas).En Estados Unidos se utilizan las dos clases de tarjetas. La de modalidad italiana, que se va agotando con las llamadas, y aquella que carga el coste de la comunicación en la cuenta bancaria. A través de publicidad en los diarios, por correo o mediante ferias, compañías telefónicas como AT&T, Sprint o MCI promueven la adquisición de sus tarjetas. Pero no sólo ellas: también algunos grandes almacenes, como Kmart, o los McDonald's regalan phonecards por valor de uno o varios dólares como forma de atraer clientes.

En la actualidad norteamericana, casi cualquier motivo parece oportuno para regalar tarjetas de este tipo. Existen de hecho sociedades no telefónicas cuya actividad es producir tarjetas de diseños atractivos para venderlas en competencia con otras marcas. Quienes lanzaron, por ejemplo, su artículo con la efigie de Elvis Presley provocaron el nacimiento del Elvis Phonecard Club, al que se puede pertenecer pagando una entrada de 3.500 pesetas. Entre los judíos tuvo éxito la que reproducía la efigie del viejo rabino Menachem M. Schneer, muerto este año.

Entre los diferentes usos, unos emplean las tarjetas para repartirlas en las bodas con la fotografía de los novios, y otros, a través de la marca Hallmark, especializada en postales, felicitan los cumpleaños, las Pascuas o el Año Nuevo con estos vales. También existen tarjetas de empleo especializado, como las que sólo son útiles para llamadas a consultorios médicos, astrológicos o climatológicos o para conversaciones eróticas.

En general, el interés ha llegado al punto de permitir la publicación de una revista llamada Telecard World, consagrada a hablar exclusivamente del mundo de las tarjetas telefónicas, y circula un boletín llamado Telecard Times, al que están suscritos los fanáticos.

Según los cálculos difundidos con motivo de una convención que se celebró en el Javits Convention Center de Nueva York a primeros de octubre, la cifra de negocios está creciendo a razón de un 30% mensual y, paralelamente, el coleccionismo multiplica los precios. Una tarjeta qué regalaba McDonald's en 1991 para hablar gratuitamente durante tres minutos en llamadas de larga distancia se vende ahora por 20.000 pesetas. La única condición que ponen los coleccionistas para empezar a tratar es que la tarjeta no haya sido usada antes.

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