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AUTOMOVILISMO GRAN PREMIO DE EUROPA

Atletas metidos en bólidos

Los pilotos realizan grandes esfuerzos físicos durante las carreras

El legendario Wilson Fittipaldi, padre del piloto de fórmula 1 Cristian Fittipadi, obligaba a su hijo desde que corría en karts a realizar ejercicios de musculatura. Wilson colocaba a Cristian un casco especial sobre el que podía descansar otro peso con el objetivo de reforzar la resistencia del cuello. No lo parece, pero los pilotos de fórmula 1 son auténticos atletas metidos en bólidos, que deben efectuar grandes esfuerzos, especialmente en antebrazos, piernas y cuello. Sólo esta parte del organismo puede soportar, en plena carrera, fuerzas laterales de 40 kilos.La forma física de los pilotos tiene una influencia trascendental en el desarrollo de las carreras. Y ello se refleja claramente en el final de las mismas, cuando llega la hora de subir al podio. Michael Schumacher, actual líder del Mundial, que ha ganado 8 de las 11 carreras que ha disputado hasta la fecha, es uno de los pilotos más en forma del campeonato. Cuando sube al podio, su aspecto es inmejorable: apenas suda y no aparenta haber sufrido ningún esfuerzo. Mientras tanto, muchos de sus rivales están empapados en sudor y prácticamente extenuados. Muchos no lo soportan: Nigel Mansell, que con 41 años volvió a conducir un fórmula 1 en Jerez, ha sido uno de los pilotos más castigados por los accidentes. Sus desmayos en el podio han sido numerosos y ha tenido que ser sacado de su morioplaza en varias ocasiones al finalizar la carrera.

El esfuerzo que realizan los pilotos no se limitan a cuello y brazos: están soldados, prácticamente, a su monoplaza y soportan tremendas sacudidas en aceleración y frenada. La deceleración crea complicaciones a la masa pulmonar y la columna vertebral se resiente. El piloto finlandés Lehto, llamado a ser una de las figuras de este año en el circuito, sufrió un grave accidente en unos entrenamientos y se lesionó unas vértebras.

Lehto pasó por el quirófano, pero ya no ha vuelto a ser el mismo. Su rendimiento ha bajado hasta tal punto que Benetton, con el que tenía contrato para este año, apenas le ha dado oportunidades de correr y lo ha descartado para el año próximo. El piloto inglés Mansell vio en 1987 en Japón cómo se le escapaba de las manos el título mundial al lesionarse por enésima vez la columna vertebral.

Pérdida de visión

El corazón sufre 'también lo suyo: registra frecuencias cardiacas de 190 latidos por minuto como media a lo largo de la carrera -lo normal se sitúa en unas 70 pulsaciones-, y llega en determinados momentos a alcanzar los 230 latidos. La preparación física tiene que estar además encaminada a aumentar los reflejos, que en el momento de la salida son fundamentales. El piloto está esperando la luz verde y su corazón está al máximo, la respuesta de la pierna al acelerador ha de ser instantánea desde que se enciende la luz verde. Estudios realizados demuestran que el tiempo transcurrido desde que se enciende la luz hasta que el piloto acelera es de 247 milésimas de segundo en los mejores corredores.El brasileño Rubens Barrichello, el piloto más joven y con más proyección de la fórmula 1, ha sufrido de forma violenta el agotamiento al que están expuestos los participantes: "Durante los entrenamientos realizados en Barcelona este invierno y en una simulación del Gran Premio, la vista se me nubló y me quedé a oscuras, por lo que me salí de la pista al final de la recta. Es algo normal. Los pilotos de aviones de acrobacia pierden muchas veces la visión cuando hacen piruetas. Yo lo sufrí un instante, pero no lo puedes impedir". Barrichello cree que reforzar la musculatura del cuello es fundamental en los pilotos: "Desde que estoy en la fórmula 1 hago gimnasia en el cuello, y su diámetro me ha aumentado ya dos; centímetros".

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