El oso 'Baloo' trae la jungla a Madrid
La obra 'El libro de la selva' inaugura hoy la breve temporada infantil del teatro Español
Son animales que bailan rap y mueven la cola a la vez. Las canciones de Los del Río, de la banda sonora de la adaptación teatral de El libro de la selva, no dejan oír los rumores, propios de una selva: tos riachuelos no suenan ni cantan, tampoco las alimañas. Las ranas no croan; hacen los coros de las adaptaciones de las melodías discotequeras de moda.Mara Recatero, directora adjunta del teatro Español, ha dirigido la primera obra infantil de la, temporada -que se es trena hoy- y se ha basado en el original de Rudyard Kipling. "No había visto la película de Walt Disney cuando escribí la obra. Luego, sí, y entonces in corpo " ré los elefantes" asegura Recatero. Su pieza sólo recoge la primera parte del famoso libro, que cuenta las aventuras de un cachorro humano criado por una pareja de lobos en la selva más profunda.
De los 28 actores que se desplazan por el escenario, cinco son niños, incluyendo a Mowgli, el pequeño que se convierte en hermano de los animales. En la adaptación de Recatero, Mowgli es la niña Aline Martín Romero, de siete años, que trabajó con la directora en El gato con botas, el anterior montaje infantil del teatro Español.
Los 63 disfraces encargados incluyen hipopótamos rosas, orangutanes naranjas, burros cabezones y un avestruz que parece un pavo listo para des plumar y guisar. El calor que los actores pasan bajo las caretas de nionos y lobos, los a ni males que son mayoría en la obra, les obliga a circular con los trajes subidos sólo hasta la cintura cuando el guión se lo permite. No ocurre con frecuencia, ya que los actores tienen que multiplicarse para interpretár a los 63 personajes.
Mara Recatero asegura que no ha hecho ninguna concesión con el original para facilitar la comprensión de los niños. Sin embargo, se ha apoyado en la experiencia de las tres temporadas que estuvo en cartel El gato con botas. "He reforzado la participación de los niños, porque me he dado cuenta de que si no tienen ocasión de gritar se distraen con más facilidad", explica. La pantera Bagira, el oso Baloo y Mowgli no cesan de interpelar alpúblico, que la mayoría de las veces se tiene que limitar a gritar siiii o noooo. Además, los animales insisten y repiten dos o tres veces la misma pregunta, llevándose las manos a las orejas.
La escenografía es simple y deja la selva para la imaginación. "En gran medida elegí esta obra porque me permitía trabajar con pocos elementos. Estoy obligada a adaptarme al escenario montado para la obra principal, Fortunata y Jacinta", comenta Recatero.
Muchos de los actores son muy jóvenes y han trabajado como figurinistas de otras obras del Español. No es el caso de Nicolás Romero, que lleva 20 de sus 42 años especializado en teatro infantil. "Hay algunos profesionales que hacen teatro para niños cuando no les sale otra cosa. No saben lo que hacen, porque lo que se necesita es más escenarios dedicados a los niños", señala.
El Libro de la selva. Hasta fin de año en el Teatro Español. Sábados y domingos, a las 12.00. Jueves, a las 10.45 (para colegios). Entradas: de 100 a 700 pesetas.
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