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El guerrismo se rompe en Sevilla horas antes de votarse la ejecutiva

El socialismo sevillano se rompió ayer por donde menos se esperaba. Dos horas antes de la votación, el candidato guerrista a secretario provincial, Manuel Copete, apadrinado en agosto por Alfonso Guerra, dio plantón a su grupo y se pasó, con numerosos delegados, a la lista de la renovadora Carmen Hermosín. Copete, que recibió, gritos de "traidor", justificó su actitud diciendo: "Los guerristas son unos salvajes". El resultado final (71%-28%) ha abierto un proceso de desintegración del guerrismo en el feudo del número dos del PSOE.

Copete, partidario de una única lista de integración que aglutinase a guerristas y renovadores, fue contundente al explicar, antes de la votación, su pase a la, candidatura de Hermosín. "Me he sentido maltratado por una especie de secta. Hay un alto mando, como un Vaticano de juristas, que me ha intentado imponer unas consignas, y, que yo sepa, el muro de Berlín y el KGB ya han caído". El núcleo duro del guerrismo, perplejo por la mutación de su cabeza de lista, se apresuró a sustituirlo por Alfonso Garrido, pero no pudo evitar la derrota. Los renovadores alcanzaron la ejecutiva con el 71% de los votos, frente al 28% de sus rivales.Horas antes, el socialismo se había llevado otra crítica en Francfort. El ex ministro de Cultura Jorge Semprún señaló directamente al presidente del Gobierno, Felipe González, como "el responsable de la corrupción en el PSOE", por no haberla atajado cuando se, produjo el caso Juan Guerra. La conferencia de prensa de Semprún previa a la entrega, hoy, al escritor español del Premio de la Paz, se convirtió en un ataque al líder del PSOE por parte de quien ha presumido de haber sido su amigo.

Semprún, que abandonó el Gobierno por sus enfrentamientos con el entonces vicepresidente, Alfonso Guerra, también reprochó a González haber dilapidado los resultados del 93 e indicó que sus relaciones con el presidente son inexistentes.

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