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La investigación apunta a un 'escalón superior' en el asesinato del secretario general del PRI mexicano

Todos los indicios apuntan a que, además del diputado Manuel Muñoz Rocha y el dirigente priista Abraham Rubio Canales, existe un escalón superior aún por descu brir en el asesinato del secretario general del Partido Revolucionario Institucional mexicano (PRI), José Francisco Ruiz Massieu. "Llegaremos tan arriba como sea necesario", advirtió ayer la Procuraduría General de la República al tiempo que se confirmaba que el ex dirigente petrolero y el ex sindicalista Joaquín Hernández Galicia, La Quina, actualmente en prisión, formó también parte del compló.

En una segunda carta enviada a la Procuraduría por el todavía prófugo Muñoz Rocha se revela que La Quina está implicado en el caso. Muñoz Rocha lo exculpa como financiador de la operación criminal, pero reconoce que contribuyó enviando gente de Ciudad Madero para apoyar a los autores del asesinato.Las nuevas revelaciones, sin embargo, van más allá de la conexión de esta trama con el crimen organizado, en concreto con el cártel de Matamoros. Uno de los detenidos, José Martín Ramírez, hermano de la esposa del prófugo Fernando Rodríguez González, secretario técnico de la, Comisión de Recursos Hidráulicos de la Cámara de Diputados, en sus declaraciones a la Policía ha reconocido que Muñoz Rocha actuaba siguiendo órdenes de superiores jerárquicos.

Ayer fue detenido Humberto García Abrego, hermano de uno de los jefes del cártel del Golfo, cuando se había presentado a declarar sobre el asesinato de Massieu, según una nota de la procuraduría.

La opinión pública mexicana está esperando que de un momento a otro se tire de la manta y aparezca el verdadero cerebro de este asesinato. Nadie cree que la trama se detenga en el diputado Muñoz Rocha o en el encarcelado Rubio Canales, pese a que las conexiones de ambos con el cártel del Golfo o bandidos como La Quina dejen entrever ya una confabulación entre políticos priistas desencantados, mafiosos encarcelados y el crimen organizado.

La Policía, que pocas veces ha investigado en terrenos tan delicados como las instituciones del Estado, cuenta con el apoyo moral del presidente Carlos Salinas de Gortari y de su sucesor Ernesto Zedillo, que han exigido que se esclarezca el caso, caiga quien caiga. Es una garantía que las investigaciones las dirija el subprocurador Mario Ruiz Massieu, hermano del asesinado y un hombre de intachable trayectoria.

El caso Ruiz Massieu está poniendo al descubierto también que existen diferentes culturas en la clase política mexicana a la hora de enfrentar lo que está sucediendo: quienes reconocen la realidad y quienes tratan de maquillar los trapos sucios del PRI.

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