Nueva tormenta sobre Kensington Palace
Un militar dice que Lady Di fue su amante antes de separarse del príncipe Carlos
No es la primera vez que, espoleado por las necesidades económicas, James Hewitt, un atractivo oficial de Caballería del Ejército británico que acaba de ser licenciado a los 36 años de edad, obtiene dividendos de su amistad con la princesa Diana de Gales. En marzo, vendió pequeños detalles de su real amistad al Daily Express por 20 millones de pesetas. Pero lo de ayer supone un salto cualitativo en lo económico y en lo moral.En la primera página del inevitable News of the World, Hewitt declara sin ambages que Diana de Gales -33 años y una expresión permanentemente ingenua- fue su amante durante tres años. Una relación surgida de una amistad entablada por ambos cuando Hewitt se convirtió en su profesor de equitación en 1989, en Windsor.
Hewitt empezó siendo un leal compañero de Diana y un encantador amigo de los príncipes Harry y Williams. Incluso se llevaba bien con el propio Carlos de Inglaterra, con el que compartía la afición por el polo. Empero, las cosas fueron cada vez más lejos. ¿Hasta dónde? Preguntado sobre la peliaguda cuestión -"¿Se acostó usted con Lady Di?"-, el ex militar contesta con tranquilidad: "Sí".
La historia del News of the World, sazonada con algunas imágenes de la princesa en compañía de Hewitt, es apenas el aperitivo del libro que está a punto de lanzar el propio ex oficial. Un best seller en ciernes -por el que se rumorea puede llegar a cobrar nada menos que 600 millones de pesetas-, construido sobre la base de decenas de cartas "más que amistosas" enviadas por la princesa a su profesor de equitación.
Diana de Gales, a punto de ser entronizada en los altares domésticos británicos cuando su ex marido, el príncipe Carlos de Inglaterra, reconoció ante las cámaras de televisión, en junio pasado, haber cometido adulterio "una vez que comprobé que mi matrimonio estaba irremisiblemente roto", puede pasar a ser la mala de la película.
Hewitt, en las páginas del tabloide más popular del Reino Unido, lo explica todo como un arrebato de amor. "Estábamos profundamente enamorados. De hecho, Diana estaba tan loca por mí que llegó a contemplar la posibilidad de dejar al príncipe Carlos". Según el militar recientemente licenciado, la princesa le visitaba asiduamente en su domicilio de Devon, mientras que él se dejaba caer de vez en cuando por el palacio de Kensington e, incluso, por la residencia de la pareja real en Highgrove. Mientras Carlos de Inglaterra mantenía sus habituales soliloquios con las plantas del jardín, su esposa y el oficial de Caballería profundizaban en el complejo terreno del conocimiento amoroso.
En todo caso, sólo las cartas, surgidas del puño y letra de Lady Di, tal y como asegura Hewitt, pueden dar al traste con su sólida reputación de mártir.
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