La señora no está en casa
Varios policías acudieron sobre las siete de la mañana de ayer al domicilio de Esther Lago, en la localidad pontevedresa de Vilagarcía de Arousa. Pero la buscada no estaba en casa, según pudieron comprobar los policías después de llamar reiteradamente a la puerta, sin obtener respuesta. Tras hacer averiguaciones entre el vecindario, los agentes supieron que "la señora" había abandonado su casa el jueves por la tarde. La presunta desaparición de la esposa de Laureano Oubiña causó cierta alarma en medios policiales. Sin embargo, la mujer fue localizada a media mañana mientras conversaba con su marido en un locutorio de la prisión de Alcalá-Meco (Madrid). En ese mismo momento fue arrestada y conducida a la cárcel de Carabanchel, donde serán concentrados los detenidos en espera de la sentencia. Manuel Tuero, defensor de Oubiña y Lago, se quejó ayer de que la Audiencia Nacional hubiera decretado el encarcelamiento de ésta escudándose en la posibilidad de que pudiera escapar sin esperar a la sentencia. "Es un pretexto aberrante, porque esta señora, que tiene a su marido en prisión y tiene a dos hijas de cinco y si años, no creo yo que fuese a dejarlas en el hospicio". El letrado añadió sin poder ocultar su enfado: "Es una broma de mal gusto sospechar que se vaya a escapar una persona que tiene a su marido preso". Tuero anunció que él y varios compañeros que defienden a otros enjuiciados no acudirán el próximo martes a la lectura pública de la sentencia: "Me siento engañado y defraudado. Hace unos días presentamos un escrito renunciando al derecho de que nuestros clientes acudiesen a ese acto y todavía ese escrito no se ha resuelto. Nos da la sensación de que [los -magistrados] procuran hacerlo todo por sorpresa como si el letrado fuese sospechoso de que les iba a decir [a sus clientes] que se quitasen de en medio".
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