El tío Carlos "se ha sembrado"
2.000 personas acudieron al velatorio del patriarca gitano de Getafe
Carlos Heredia, uno de los hombres más respetados internacionalmente en la etnia gitana, murió el martes en su domicilio de Getafe (142.000 habitantes), a los 73 años. El presidente de Presencia Gitana, Manuel Martín, se consolaba ayer así: "El tío Carlos no ha muerto. Se ha sembrado".Heredia ocupaba el cargo de presidente del consejo asesor de la Asociación Nacional Presencia Gitana, aunque en la práctica era "el presidente vitalicio, porque tenía una aristocracia indiscutible y una magistratura que no era sometida a las veleidades de las urnas", según Manuel Martín. Una larga enfermedad acabó con la vida de tío Carlos, enterrado ayer en el cementerio de Carabanchel. Cerca de 500 personas, entre familiares y conocidos llegados de todo el país, acudieron al sepelio. Antes, otros 2.000 pasaron por la iglesia evangelista Filadelfia, de Getafe, para dar su último adiós al patriarca gitano. Seis coronas de flores presidían el velatorio dirigido por las mujeres, mientras los hombres lloraban fuera la muerte de alguien que "dedicó su vida a defender a aquellos que menos fuerza tenían", en palabras de Enrique Heredia, uno de sus ocho hijos.
Precisamente eran los más allegados los primeros en glosar la vida de tío Carlos. "Se ha muerto lo más grande que nosotros teníamos", aseguraba su yerno, José Manuel Cortés, para quien "Camarón era el arte y él era para mediar y que el pueblo no tuviera problemas". Problemas que Carlos Heredia siempre solucionaba, porque "lo que decía era ley para nosotros", explicaba Enrique Heredia, quien lo definió como "cabal y serio". Mientras, su hijo mayor, Basilio, añadía: "Era amable, simpático, cariñoso y leal".
Carlos Heredia deja entre los que le conocieron un poso de entrega al prójimo: "Para él nunca ha pedido ni un pan tostado", afirmaba José Luis Heredia, quien también recordaba que "muchas veces venían a levantarle de la cama para arreglar cosas de otra familia".
En parecidos términos se expresaba el alcalde de Getafe, Pedro Castro (PSOE), tras el funeral. Castro aseguró que "el hueco que deja es irreemplazable". Y añadió: "Es un hombre que ha hecho escuela en cuanto a la forma de reivindicar la cultura gitana, y que ha logrado que esta palabra alcance un grado positivo". El alcalde va a proponer al próximo pleno dar el nombre de Carlos Heredia a una plaza de la localidad, donde se erigirá un monumento que recuerde al patriarca.
En la sede de Presencia Gitana se recibieron ayer innumerables muestras de condolencia, entre ellas las del presidente del Gobierno, Felipe González, y las del ministro de Justicia e Interior, Juan Alberto Belloch, aparte de diversos telegramas procedentes del extranjero. Manuel Martín anunció que "se están preparando las memorias, de tío Carlos para editarlas en español, inglés, francés y!, romaní internacional, y convertirlas en libros de lectura de las escuelas de toda Europa".
Carlos Heredia era conocido internacionalmente por su defensa de la cultura gitana y de las minorías durante los últimos 15 años.
Su afición al tabaco ("aunque dejó de fumar hace 14 años") le originó un cáncer de pulmón del que fue operado en 1992 en el Hospital Universitario de Getafe. Allí, Heredia hizo un trato con los médicos: "Como viejo chalán, como tratante de ganado, vamos a hacer un trato. Ustedes me sacan con vida del quirófano, y yo lucho contra la enfennedad", recuerda Manuel Martín. Sin embargo no pudo contra un posterior cáncer de huesos, frente al que peleó durante 27 meses.
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