Licenciados en medicina hacen teatro
El decano de la Facultad de Alcalá monta cada año una obra con sus alumnos
Paloma Merino y Teresa Montesinos tienen 20 años y pasan sus tardes de otoño ensayando sobre un escenario. Su sueño es ser médicas. Un hombre de 42 años las observa atentamente sentado en la primera fila con el libreto en la mano. Es el decano de la Facultad de Medicina de Alcalá, de Henares, se llama Antonio López y su gran pasión es el teatro. Cada año monta una obra con sus alumnos de sexto, con los que se va de gira cuando terminan el MIR. Estos días ensaya con don estudiantes de tercero, Paloma y Teresa, que viajarán con la compañía de recién licenciados, y rumia un nuevo título para los que empezarán las clases de su último curso el próximo lunes.
La tradición de que los que abandonan la facultad representen una obra de teatro durante la fiesta del patrón 17 de mayo se inició hace cinco anos, cuando López fue elegido decano de la Facultad de Medicina. Desde entonces, los de sexto tienen una asignatura más, optativa y que no aporta créditos, sólo la posibilidad de conocer mejor a sus compañeros: saber qué se siente ante una sala abarrotada e irse de gira cuando aprueben el MIR.El lunes comenzarán las clases preguntándose cuál es el título de la obra de este ano, una decisión que corresponde al decano y un secreto bien guardado hasta que comiencen las audiciones, en las que él mismo elegirá a sus protagonistas, ya que, asegura, asume su papel de director con todas las consecuencias.
Hay un gran contraste entre mi suavidad como profesor y mi dureza como director", advierte López, que se gana la vida como profesor de clínica quirúrgica y posee un amplio currículo en el mundo de la farándula, donde comenzó como aficionado cuando estudiaba medicina en la Complutense; además, durante 13 años dirigió un grupo en su Zamora natal. Una vez asignados los papeles, los ensayos serán semanales, y tener que preparar exámenes no disculpará la presencia de nadie.
Salón de actos abarrotado
El pasado mes de mayo, 33 alumnos de sexto -hoy ya médicos- pusieron en escena La dama del alba, de Alejandro Casona, en un salón de actos lleno hasta la bandera, y nadie daba por perdidas las horas de los ensayos.La compañía está en la actualidad encerrada en la biblioteca preparando los exámenes de MIR, a los que tendrá que enfrentarse el 10 de octubre. Después retomarán los ensayos, y antes de incorporarse a sus hospitales representarán La dama del alba en Zamora los días 3 y 4 de noviembre, y en las ciudades francesas de Montovan y Toulouse, del 5 al 7. Los gastos los sufraga el Instituto de Estudios Zamoranos y la Universidad de Toulouse. Paloma y Teresa, que están ensayando la obra de Sebastián Junyent Hay que deshacer la casa, les acompañará.
"La filosofía es que haya dos grupos de teatro, uno en el primer ciclo y otro en el segundo. Hay que mantener viva la facultad, enriquecer humanisticamente a los a4umnos. No basta con la docencia y la investigación: la Universidad tiene que respirar cultura", explica López. Pedro Sánchez, alumno de sexto y ayudante de dirección de la obra de Junyent, está de acuerdo: "No se puede tener una universidad sólo con aulas".
La carrera y la afición
Este alumno compatibiliza sus estudios con un grupo de aficionados, el Legolás, y unas clases de teatro en los colegios de Alcalá. Además, piensa que compaginar una carrera con una afición como la suya es una forma de vida. En el futuro, Pedro Sánchez espera ser traumatólogo y actor.López afirma que los alumnos más activos culturalmente suelen coincidir con los que aprueban.. Por si acaso, Teresa lo tiene claro: quieren por encima de todo, ser un buen médico, y si los ensayos no le permitieran estudiar, los dejaría.
Paloma cree, sin embargo, que su afición al teatro contribuirá a que sea una buena profesional, porque "no es sólo subir a un escenario y que te aplaudan; quedas todas estas tardes y te acostumbras a trabajar en equipo, a la convivencia, a distribuir tu tiempo, y eso lo necesitaré cuando ejerza".
Pedro apaga las luces del escenario. Por hoy terminó el ensayo y el polifacético decano se marcha con sus alumnos, no sin antes afirmar que su triple relación con ellos les hace "amarles apasionadamente".
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