La conferencia de El Cairo
Se habla mucho últimamente, con ocasión de la conferencia de El Cairo, del crecimiento demográfico; en general, se coincide en la necesidad de controlarlo. Esto suele decirse desde los países del Norte, olvidando que la sostenibilidad de una población no depende sólo de su número, sino también del consumo que realice cada uno de sus individuos.Por eso, conviene recordar que nosotros, los habitantes del Norte, que suponemos el 20% de la población del planeta, consumimos el 80% de sus recursos (por ejemplo, un ciudadano de Estados Unidos consume como 900 nepalíes). Por otra parte, no debemos olvidar que un gran crecimiento demográfico no es la causa de la pobreza, sino la consecuencia. Cuando no existe un sistema de seguridad social, los padres se ven obligados a tener muchos hijos para que alguno cuide de ellos durante su vejez. Es deseable y necesaria una disminución del crecimiento demográfico, pero debe ir acompañada de un descenso del consumo en los países ricos y de una mejor distribución de la riqueza mundial.
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