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Un motorista, herido en el cuello al choar con un cable atravesado

David G. H., de 21 años, no se ha repuesto aún del terrible susto. Hace una semana, a altas horas de la madrugada, alguien tendió al paso de su moto una macabra trampa: atravesó un cable de lado a lado de la calzada, a media altura. David, que hace la mili en Torrejón, conducía una Honda por la calle del Pintor Rosales cuando sintió un estremecedor impacto en el cuello; cayó de espaldas. Fue atendido en el Hospital General del Aire de erosiones y quemaduras de tercer grado en el cuello.

La fortuna se alió la madrugada del pasado 31 de agosto con este joven madrileño, y evitó una tragedia como la ocurrida el pasado 24 de febrero con Juan Matías Delgado, un motorista de Barcelona que murió degollado por una cinta de embalar que tres menores de edad habían atravesado en una calzada para divertirse.Servicio militar

La motocicleta que conducía David (hacia las cinco y media de la madrugada) se la había dejado un amigo. Tenía prisa ese día por llegar a su cuartel de la base aérea de Torrejón de Ardoz, donde realiza el servicio militar; se licencia en febrero próximo. Dispone de pase de pernocta, pero la llave de los angares de los aviones las tenía él en su poder, y, por tanto, era el responsable de abrirlos para que pudieran salir los aviones a su hora.

Pese a la brusca caída y a las consiguientes heridas, el muchacho se incorporó como pudo y se dirigió a casa de sus padres. Contó a su madre lo ocurrido y le pidió que le llavase al cuartel de Torrejón para entregar las llaves de los angares. No obstante, antes de salir para Torrejón, telefoneó a la comisaría del distrito de Universidad -cuyos agentes se han hecho cargo de las pesquisas- e informó de Io sucedido. Temía que pudiera ocurrirle algo similar a otro conductor que pasase por el mismo lugar.

La madre le limpió las magulladuras del cuello y le llevó en coche al cuartel. Al llegar a la base aérea, fue examinado por un capitán médico. Éste le diagnosticó una erosión de 18 centímetros a lo largo de la parte anterior del cuello y quemaduras de tercer grado en la misma zona; seguidamente, le remitió al Hospital General del Aire, dependiente del Ministerio de Defensa y situado en la calle de Arturo Soria.

Este periódico intentó ayer hablar con David, pero no fue. posible porque estaba en la base de Torrejón. Sí pudo dialogar, en cambio, con una de sus hermanas, quien lamentó que haya desaprensivos capaces de cometer este tipo de gamberradas. Respecto al estado de salud de David, señaló que se había repuesto de las heridas y se encontraba mucho mejor. "Cuando mi hermano vino a casa después del accidente, yo estaba dormida y no me enteré de nada", indicó.

Según ha confesado David a la policía, el cable que casi le siega el cuello era de acero trenzado, estaba sujeto a dos árboles y atravesaba de un extremo a otro la calle de Pintor Rosales, muy cerca de la confluencia de esta vía con la de Romero Robledo, en el distrito de Moncloa. Agentes de la comisaría del distrito de Universidad han abierto una investigación para averiguar quién o quiénes están detrás de esta fechoría.

En el caso ocurrido el pasado mes de febrero en Barcelona, que costó la vida al motorista Juan Matías Delgado, de 42 años, la policía detuvo a dos hermanos gemelos, de 15 años, ya un amigo de éstos de 14, como presuntos autores del homicidio. Los menores fueron internados en un centro especial.

Juego infantil

Los menores declararon ante los agentes que colocaron la cinta, de embalar paquetes, con la intención de observar la reacción del conductor de algún turismo al romper la cinta, y que en ningún momento pensaron en la posibilidad de que un motorista pasase por la calle.

El fallecido regentaba un restaurante en la barrida barcelonesa de Gracia, era padre de un hijo de 14 años y estaba separado de su primera esposa. Juan Delgado regresaba en una Vespa a su casa tras su jornada laboral.

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