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Las cafeterías de China sirvieron carne humana durante la Revolución Cultural

Algunas cafeterías del Gobierno chino sirvieron carne humana durante la Revolución Cultural (1966-1976) después de que los dirigentes del Partido Comunista Chino lanzaran la consigna de "comerse a las clases enemigas", según el libro China wakes (China despierta), publicado el lunes en Estados Unidos por el matrimonio formado por Nicholas Kristof y Sheryl Wu Dum. Ambos periodistas fueron corresponsales en Pekín del diario estadounidense The New York Times entre 1983 y 1993 y ganaron un premio Pulitzer por sus informaciones sobre la matanza de la plaza de Tiananmen (1989).Los editores del libro, Times Books, aseguran que los documentos secretos manejados por los autores reflejan que "el mayor episodio contemporáneo de canibalismo" se produjo en el sur de China, especialmente a lo largo de 1967.

En el texto se afirma también que en las cafeterías estatales donde se sirvió carne humana se llegaron a exhibir cadáveres colgados de ganchos.

"En algunos institutos, los estudiantes descuartizaron y asaron a sus profesores y directores en el patio del centro escolar y celebraron su triunfo sobre los contrarrevolucionarios con un banquete de carne humana", relatan los autores del libro.

"La primera persona que desolló al director de un instituto fue la antigua novia del hijo de la víctima; la muchacha quiso expresar así que no simpatizaba con el director y que era más roja que nadie", se asegura también en la publicación.

Las autoridades chinas se han negado a confirmar la existencia de canibalismo durante la Revolución Cultural, que fue denunciada por primera vez por el disidente Zheng Yi después de abandonar el país en 1992. Zheng, que permaneció escondido desde la matanza de Tiananmen hasta que pudo huir en bote a Hong Kong, aseguré que en la región autónoma de Guiangxi, al sur de China, "algunos dirigentes comunistas incitaron a sus seguidores a matar a sus enemigos de clase y a comerse su carne públicamente".

Cientos de miles de personas fueron asesinadas durante la antiderechista Revolución Cultural, ordenada por el presidente Mao Zedong. En los años siguientes a la "década de la gran confusión", como las autoridades de Pekín llaman ahora a ese periodo de la historia del país, la prensa china publicó horrorosos informes sobre los abusos y torturas infligidos por los radicales guardias rojos a sus oponentes políticos.

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