Los presos de ETA inician una huelga de hambre para bloquear la reinserción
Presos de ETA internos en 37 de las 65 cárceles españolas tenían previsto iniciar la pasada medianoche, según la convocatoria realizada por la dirección de la banda, una huelga de hambre que sirva para frenar los efectos que la política de reinserción está produciendo entre los reclusos etarras. En el entorno de ETA se estima que unos 250 presos -de un total de 550- se van a sumar a la primera fase de la protesta.
El apoyo que reciba la convocatoria de ETA servirá a la banda terrorista para presionar a los presos críticos contra la organización y para comprobar el equilibrio de fuerzas entre los etarras partidarios de la línea más dura y los que, además de discrepar en privado de la actual estrategia de la banda armada, están por la labor de desmarcarse de manera pública.Fuentes penitenciarias indicaron, sin embargo, que la presión exterior sobre los reclusos es muy fuerte, y, por lo tanto, la protesta podría ser secundada, en muchos casos, simplemente por miedo a las represalias. De hecho, las huelgas de hambre que realizan miembros de bandas armadas no son consideradas por Asuntos Penitenciarios como una falta "debido a la mediatización y presión que ejerce sobre ellos la organización". En consecuencia, la Administración no ofrecerá datos sobre el seguimiento de la medida.
En el exterior de las cárceles, las acciones de los reclusos van a contar con una serie de apoyos dirigidos por las Gestoras Pro Amnistía, entre los que se barajan huelgas de hambre de cargos públicos y miembros electos de Herri Batasuna, aunque todavía están sin decidir. El acto central contra la política de reinserción se celebrará el próximo día 10, con un encuentro político convocado por varias organizaciones cercanas a ETA, en el donostiarra velódromo de Anoeta.
Reunión con Belloch
Los partidos del arco democrático también mantenían ayer abierto el debate sobre la reinserción de los presos de ETA. Mientras Gregorio Ordóñez, portavoz del Partido Popular, criticaba su puesta en marcha, Eusko Alkartasuna anunciaba que pedirá la reactivación del proceso. El presidente de esta formación, Carlos Garaikoetxea, tiene previsto entrevistarse mañana con el ministro de Justicia e Interior, Juan Alberto Belloch, al que le apremiará para que acelere la excarcelación del ex ertzaina [policía autonómico] y antiguo miembro de ETA José Miguel Sueskuri.
Para este partido, que no firmó el pacto antiterrorista de Madrid, la política de reinserción es no sólo una previsión constitucional, sino un compromiso de los partidos democráticos.
Esta opinión es compartida por Izquierda Unida y el resto de los firmantes del Pacto de Ajuria Enea, con la excepción del Partido Popular, que está centrando en la oposición a esta medida del Gobierno la precampaña de las elecciones autonómicas vascas.
El portavoz guipuzcoano del Partido Popular, Gregorio Ordóñez, declaró ayer que "no hay ningún asesino del IRA paseando por las calles a los cinco años de haber cometido su crimen".
La postura crítica de los populares es, en opinión de Izquierda Unida, una irresponsabilidad, y su portavoz y candidato a lehendakari, Javier Madrazo, auguró una pronta rectificación del Partido Popular. "Es demasiado grave", declaró, "rentabilizar electoralmente el hastío de la gente".
En libertad dos miembros de HB que teman en el coche 26 manuales para hacer bombas
El magistrado de la Audiencia Nacional Baltasar Garzón puso ayer en libertad a dos miembros de Herri Batasuna, José Martínez Betanzos y José Miguel Aguirre Alaña, ambos de 30 años, que habían sido detenidos el pasado jueves en un control de la policía en Bilbao bajo la acusación de colaborar con ETA. Según el Gobierno Civil de Vizcaya, a ambos les fueron incautados en un coche 26 manuales para hacer explosivos y artefactos incendiarios con instrucciones específicas para actuar en manifestaciones ilegales y atentar contra las Fuerzas de Seguridad del Estado y empresas estatales.Los detenidos fueron trasladados a Madrid para prestar declaración ante el juez Garzón, quien, tras 20 minutos de interrogatorio a cada uno, no encontró pruebas suficientes y ordenó su puesta en libertad.Según el Gobierno Civil de Vizcaya, los miembros de HB tenían en el coche una de las carcasas que figuraban en los libros de instrucciones, a modo de lanzadera, "dispuesta para ser utilizada contra vehículos policiales", una pistola de silicona con cuatro tubos y un rollo de cinta adhesiva. La detención se realizó por agentes de paisano en la calle Julián Gayarre, de Bilbao.
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