Los democristianos sacan a relucir el fantasma del comunismo en Alemania
El presidente de la Unión Social Cristiana de Baviera (CSU), el ministro federal de Hacienda Theo Waigel, y el presidente democristiano (CDU), el canciller federal Helmut Kohl, marcaron ayer en el congreso de la CSU en Múnich su estrategia para las próximas elecciones alemanas: atacar una presunta participación en el poder de los poscomunistas del Partido del Socialismo Democrático (PDS). La CSU trata de conseguir con su congreso una movilización de su electorado.En el próximo mes y medio habrá elecciones regionales el 25 de septiembre para el Landtag de Baviera, que decidirán el Gobierno de Múnich , y las del 16 de octubre para el Parlamento Federal (Bundestag), que decidirán sobre el futuro Gobierno de Bonn. Para la CSU, la marca fijada está en "el 50% más algo más". Un resultado inferior sería un fracaso para la CSU en su feudo de Baviera.
Koffl lo tiene claro. En su intervención ayer en el 580 congreso del partido hermano, la CSU bávara, repitió la frase que provocó polémica en su discurso de apertura de campaña hace días en Dortmund: el PDS "son fascistas pintados de rojo".
Su colega Waigel no se quedó atrás y calificó al PDS de "bolcheviques de salón", responsables de muchas muertes y de la ruina económica de la desaparecida República Democrática Alemana (RDA). Para Waigel, las elecciones federales del próximo 16 de octubre deberán convertirse en un plebiscito para decidir que los radicales de izquierda y derecha no tienen nada que hacer en la nueva Alemania., Sobre todo, se trata de evitar que "la comunidad de herederos de Ulbricht y Honecker [fallecidos dirigentes de la RDA], los comunistas del SED [partido comunista de la RDA] y el PDS tengan una participación abierta o bajo cuerda en el Gobierno federal".
Los ataques a un partido casi insignificante como el PDS responden no sólo al tradicional anticomunismo visceral de los dos partidos democristianos alemanes, sino al cálculo político. Los dirigentes democristianos son conscientes de que el PDS podría convertirse en la piedra en el zapato que les impida conseguir la mayoría necesaria para gobernar en Bonn a partir del 16 de octubre. Si el PDS consigue tres diputados por elección directa, quedaría sin efecto para ellos el límite del 5% y todos sus votos se convertirían en escaños . Estos diputados del PDS le podrían faltar para formar Gobierno a la actual coalición de centro-derecha (democristianos y liberales).
El documento sobre la UE
Las coincidencias entre los partidos hermanos CDU y CSU sobre' la base del anticomunismo no llega a todos los terrenos. El documento de las fracciones parlamentarias democristianas en Bonn y Estrasburgo a favor de un núcleo duro sobre un eje Bonn-París para impulsar la Unión Europea ha desencadenado una ola de críticas que abarca desde el socio de coalición liberal, el ministro de Exteriores Klaus Kinkel, hasta al presidente de Baviera, Edmund Stoiber, y, por supuesto, a los socialdemócratas y a Los Verdes. Kinkel advirtió ayer sobre la "especial responsabilídad en la política europea" y la necesidad del consenso en la coalición de Gobierno. Criticó Kinkel el empleo de conceptos como Europa de distintas velocidades y geometría variable, que "no encajan en nuestra política europea". El socialcristiano Stoiber declaró: "Tengo dudas de que en el momento actual tenga sentido destacar a Francia y Alemania como alumnos modelo en el tema de la integración europea y dejar a los otros Estados al borde del camino". El Gobierno federal se pronunció ayer sobre el tema por boca del portavoz Dieter Vogel, quien se limitó a declarar que Kohl estaba al tanto de los planes del grupo parlamentario, que es muy libre de pronunciarse con libertad sobre este asunto. No quiso Vogel precisar la posición del Gobierno federal, pero añadió que no había constatado la existencia de opiniones discrepantes.
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