De nietas ilustres a artistas

Se llaman: Soraya -en homenaje a la princesa persa-, Salomé -por la figura bíblica- y Jordana -por el personaje de la película Exodo-, tienen 32, 30 y 22 años y, estos días, no pegan ni ojo: el próximo día 20 de septiembre se suben por primera vez a un escenario con el firme propósito de no bajar el listón en el que está el nombre de su familia. Casi nada. Su abuelo materno era Manolo Caracol, su tía abuela paterna, La Niña de los Peines; entre los miembros de su familia se encuentran los toreros José Ortega, El Gayo, Ignacio Sánchez Mejías, y otros más modernos como el cantante Manzanita, la saga de los Sordera... "Haría falta un periódico entero para nombrarlos a todos", dice su madre, la cantaora Luisa Ortega.Al espectáculo le han llamado La siembra "porque toda la tradición de la familia queda en mis hijas", explica el padre, Arturo Pavón, un músico que lleva muchísimos anos orquestando piezas flamencas. Él ha sido también el que ha hecho las coreografías y los arreglos musicales para este espectáculo, en el que, tras 15 años de retiro, Luisa Ortega volverá a cantar; en el que el baile correrá a cargo de las tres jóvenes y en el que participan un total de 60 personas entre orquesta sinfónica, coros y acompañamientos.

Pero la idea y el empujón definitivo viene de Jordana, la menor de las tres. "Hace tres años, durante un homenaje que se le hizo a Manolo Caracol en Sevilla, la niña se puso muy seria y dijo que teníamos que seguir la tradición que tenemos de artistas", explican sus padres. Y Jordana añade: "Sería una pena que no continuara la tradición de la familia". Suya ha sido también la idea de donar la primera- función a la Fundación Antisida España.

El porqué no se habían decidido antes a enfrentarse al público tiene dos loables explicaciones. Las tres hermanas han estudiado baile desde pequeñas -"la mayor, Soraya, bailó por primera vez en su primer cumpleaños con el acompañamiento de mi padre" cuenta Luisa Ortega- Pero, cuando estaban a punto para salir a escena, su madre consiguió quitárselo de la cabeza a cambio de una academia de baile. "Somos una familia muy unida. Si se hubieran dedicado al espectáculo, mi marido y yo hubiéramos tenido que ir con ellas por todo el mundo", dice la madre.

La otra razón ha sido una cuestión de respeto al nombre de su familia."Esa responsabilidad también nos echó para atrás. No nos jugamos algo personal, sino el apellido", dice Arturo Pavón. "Tienen que dejarnos a la altura del nombre que tienen encima", dice Luisa Ortega, que en estos momentos confía plenamente en sus hijas: "Soraya es la pureza de la raza hecha baile; en Salomé están todos nuestros antepasados y Jordana es la figura del baile de este tiempo que marcará huella y pasará a la historia", dice.

Su otra preocupación, además de quedar bien con los suyos, es no quedarse en la ruina. Todo el soporte económico también es de su bolsillo. "Yo a quien quiero gustar es a mi gente, a los gitanos", dice Soraya. Y la pequeña sostiene convencida: "Los payos te dicen que somos iguales como un favor, pero es mentira".

La siembra, en el Centro Cultural de la Villa (plaza de Colón, s/n). Del 20 al 25 de septiembre, a las 22.30. Día 20, 5.000 pesetas, en el teléfono 900 111 000; el resto, 2.000 pesetas.