Mi Deportivo querido
Bebeto se queda en La Coruña y dice que se siente feliz en el club
Bebeto se queda en La Coruña. Tras un mes de desplantes y veladas amenazas, el delantero se rindió ayer a la evidencia: el precio de su traspaso, fijado por el Deportivo en seis millones de dólares (unos 780 millones de pesetas), era prohibitivo para cualquier club de su país. El futbolista acudió ayer a la sede del club, se dio un abrazo de reconciliación con el presidente Lendoiro y anunció cándidamente: "Yo tengo mi lado sentimental, tengo el corazón muy grande. He visto que el Deportivo pasaba por un momento difícil. Decidí quedarme porque siempre he sido feliz aquí.
Ni el más avieso guionista de telenovelas habría imaginado una conclusión mejor para el conflicto que estaba quitando el sueño a miles de aficionados gallegos. La entrañable imagen de Bebeto entrando en la sede del club acompañado de su esposa Denisse y su hijo recién nacido; los emocionados abrazos con Lendoiro y algunos empleados del club o los aplausos con que unos cuantos aficionados saludaron su llegada a las oficinas del Deportivo fueron los ingredientes perfectos para dibujar un final feliz, casi bucólico. "A partir de ahora sólo pienso en ganar la Liga con el Deportivo", afirmó un Bebeto humilde y relajado.Con una ingenuidad asombrosa, el goleador explicó que su decisión de regresar a Brasil había sido únicamente producto de la morriña. "Después de ganar el Mundial", comentó, "empezó a pensar en quedarme en mi país Quería estar con mi madre, con mis hermanos, con mi abuela de 90 años que es para mí como una segunda madre... Pero la prensa brasileña publicó cosas que no eran verdad. Yo aquí nunca he tenido problemas. La afición me quiere y todo el mundo me ha tratado con mucho cariño, el presidente, el míster y mis compañeros".
Bebeto no cesó de derrochar buenos sentimientos durante su comparecencia ante los medios informativos, acompañado de Lendoiro y su representante, Ricardo Fuica. Así, aseguró sin inmutarse que hubiese tomado la decisión de seguir en el Deportivo aún en el caso de que algún club brasileño lograse reunir el dinero exigido por su fichaje. Según el futbolista, su cambio de criterio obedece a un intento de ayudar al club "que está pasando un momento muy dificil por las lesiones de Mauro [Silva], Salinas y Claudio". "En los últimos días apenas he podido dormir", agregó, "varios compañeros como Aldana, que es un hermano para mí, Djukic o Donato han venido a verme y me han pedido que me quede". Cuando un periodista le recordó que había amenazado, a través de Fuica, con dejar el fútbol si no se le permitía rescindir su contrato con el Deportivo, se limitó a señalar: "Gracias a Dios mi situación financiera me permitiría retirarme cuando quisiese".
Bebeto respondió perfectamente a la puesto en escena que se había montado en el Deportivo para solucionar un problema muy grave. Todas las partes han actuado con mucho tacto en las últimas horas. Parecía que había transcurrido un año desde que Lendoiro estableciera la célebre sanción millonaria contra Bebeto. Finalmente el dinero no ha llegado y el abrazo era necesario para todos. Cuando se hizo necesario retomar el diálogo y la cordura, el presidente y el jugador actuaron políticamente, con un discurso entre diplomático y emotivo, lo justo para aliviar las tensión de los aficionados, que llegaron a temerse lo peor.
El brasileño espera que la afición olvide lo ocurrido, sobre todo si logra recuperar su instinto goleador. "Yo siempre he vivido de los goles y espero que vuelvan a llegar", afirmó. "Una parte del público, como los Riazor Blues [peña radical deportivista] me han apoyado incluso durante estos días y eso me resulta muy gratificante".
Aunque a Bebeto le quedan dos años más de contrato con el Deportivo, Lendoiro admitió que el club podría permitir su regreso definitivo a Brasil al final de esta temporada. De momento, el jugador voló anoche a Río de Janeiro para recoger a sus otros dos hijos, aunque anunció que regresará a España el próximo miércoles y que está en condiciones de empezar a jugar inmediatamente.
Horas antes de que Bebeto accediese a continuar en el Deportivo, Lendoiro había dado por concluidas definitivamente las frenéticas negociaciones que mantuvo hasta la madrugada de ayer con. el presidente del Flamengo de Río de Janeiro, Luiz Augusto Veloso, desplazado a La Coruña. A pesar de las promesas del intermediario Fuica, que la semana pasada se había comprometido a reunir los seis millones de dólares en el plazo de cuatro días, ni el Flamengo ni ningún otro equipo brasileño, ni tampoco el fantasmal grupo de empresas aludido en varias ocasiones por el representante de Bebeto, pudieron satisfacer las demandas económicas del Deportivo.
Lendoiro no quiso pronunciarse claramente al ser preguntado si el club mantendrá su decisión de sancionar con 25.000 dólares al jugador por cada día que ha faltado a los entrenamientos. Advirtió que Bebeto "ha incurrido en una seria responsabilidad que habrá de afrontar", pero al mismo tiempo le definió como "un grandísimo jugador y una gran persona" e hizo un llamamiento para que la afición se muestre indulgente con él. "Lo ideal, lo bonito y lo correcto", aseveró Lendoiro, "sería que todos nos olvidemos de lo que ha ocurrido porque el comienzo de la Liga está ahí. Entre todos, hay que intentar recuperar a Bebeto, anímicamente y como futbolista".
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