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Reportaje:

Siete años de latidos radiofónicos

Los oyentes del consultorio 'Irene de todo corazón' se movilizan para salvar el programa

Tras siete años y siete meses de latir ininterrumpidamente en Radio Intercontinental, Irene de todo corazón no pudo salvarse, a pesar de los esfuerzos de los incondicionales oyentes para que el programa sobreviviera.La tarde del domingo pasado, la psicóloga Irene Álvarez despidió su Irene de todo corazón en los estudios madrileños de Radio Intercontinental. En sus más de siete años de vida -primero a diario, luego los domingos a las tres de la tarde- el espacio destiló palabras de ánimo y de consuelo para una audiencia fiel que se extendía por Madrid, Extremadura, La Mancha y Castilla y León.

En agradecimiento, casi un centenar de sus habituales se congregaron el domingo en el auditorio de Radio Intercontinental para acompañar a Irene en su última emisión. No faltaron lágrimas ni palabras de protesta por el cese del programa. De ahí que los más luchadores -comandados por Nieves Ramos, actriz del grupo teatral La Luciérnaga de la ONCE- hayan decidido conformarse en una asociación para mantener vivo el espíritu del programa hasta que logren abrirse las puertas, o, como bromea Irene, "al menos una ventanita", de otra emisora.

Álvarez, de 56 años, afirma que desde siempre tuvo el gusanillo de la radio. Durante un tiempo estuvo con Emilio Javier en Radio España. Después, cuando Javier pasó a la Intercontinental, ella dio el salto con él. Un buen día, en enero de 1987, recibió la noticia que tendría su propio programa, de media hora de duración. Fue Javier quien lo llamó Irene, de todo corazón, porque "sabe cómo soy yo, cómo hago las cosas". "Entonces, no me planteé cuánto iba a durar. Es más, en cada emisión me preguntaba ¿cómo hago para no aburrir a la gente?, pero poco a poco los oyentes comenzaron ser más y a pedir más tiempo". Por tanto, de media hora, el programa pasé a tener 60 minutos.

Muchos oyentes llegaron a descubrir este consultorio radiofónico en un aburrido zapeo del dial, y se quedaron con Irene. Otros, mediante el boca a boca. "Yo sabía que el programa no iba a durar para siempre, por ello creé la revista Irene, de todo corazón". La revista en cuestión, mensual y con una tirada de 15.000 ejemplares, sigue más o menos la misma línea del programa: busca apoyar y dar consejo a gente que lo necesita, establecer vínculos entre personas que se sienten solas."

Problemas amorosos, problemas familiares, problemas laborales... Cada domingo, durante más de siete años, Irene escuchó un poco de todo. Oyó hablar de soledad, de abandono, de tristeza, de muerte, de depresiones, de accidentes y enfermedades. Y en una especie de apostolado radiofónico -aunque sin soltar doctrina-, paulatinamente se fue convirtiendo en "pañito de lágrimas" dialogante y razonador. Hasta le oyó decir a alguna de sus oyentes: "Mi marido y yo estuvimos discutiendo y al final me dije que no decidiría nada hasta no consultártelo a tí, ¿tú que piensas bonita?".

Hace pocas semanas, una joven de 25 años escribía una carta a Irene contándole que estaba desesperada: se había quedado embarazada y sus padres amenazaban con echarla de casa.

Al siguiente programa, un oyente había lanzado ya su ofrecimiento generoso: desde San Sebastián de Los Reyes, manifestaba estar dispuesto a acoger en casa a la chica, y a brindar el pequeño sus apellidos. Misión cumplida entonces para Irene, quien afirma orgullosa, "con la mente se conecta con cualquier programa, pero éste lo que buscaba era conectar con el corazón, cosa difícil en estos tiempos".

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