Los extranjeros no tienen miedo
Madrid es seguro. Aunque con matices; ésta es la opinión mayoritaria entre los turistas que pasean estos días por el centro de la Villa. Para Anton, checo de 52 años, "Praga en agosto es mucho peor; hay más turistas y más ladrones". No ve mucha policía. por la calle, pero no se preocupa, "porque estoy convencido de que hay mucha policía secreta, deben ir de paisano", asegura.La escasa presencia de los agentes la perciben otros visitantes. Edmundo, un brasileño de 33 años, ofrece una siniestra explicación: "La policía española tiene fama de dura, así que no hace falta que se les vea. Deben de dar miedo sólo con lo que hacen". Los pocos policías que ha visto Suzanne, una joven belga, eran "viejos y sin pistola". "¿Policía? ¿Qué policía? En dos días no he visto ninguno. ¿Ves tú alguno? Y se supone que esto es céntrico..." se explaya en la Plaza Mayor Christine, de 23 años y procedente de los Países Bajos.
Herald, australiano de 60 años, estuvo a punto de conocer a los policías españoles, pero en comisaría. Hace ahora tres domingos, cuando iba al los toros, un hombre metió un dedo en el bolsillo posterior de su pantalón. Evitó el robo de su cartera de puro milagro. Antonio, un estudiante gallego, ha tomado precauciones. "Tres amigos me aconsejaron que fuese por Madrid lo más sucio posible y que no llevara nada de valor", dice. El sudoroso aspecto del muchacho, con una camiseta gris, indica que sigue los consejos al pie de la letra.
Algunos extranjeros han sido avisados previamente de que tengan cuidado en Madrid. Cuidado con la cartera y con no dejar nada en el coche, sobre todo. Los hay muy echaos pa'lante, como Dan, un mochilero canadiense de 31 años que parece salido del nuevo Woodstock. Lleva dos semanas en la ciudad. "Las peores calles de Madrid no se pueden comparar a las de Los Ángeles o Nueva York. "¿Policía, para qué? Aquí no veo que pase nada", afirma muy ufano. Y remata: "La delincuencia en Europa no me asusta. En América sí que hay peligro si te metes donde no debes".
En Sevilla
Pese a las bravatas del audaz mocetón, a los californianos David y Emily, tan altos y rubios como él, ya les han robado. En Sevilla, y en su luna de miel, les rompieron una luna del coche y se llevaron dos pequeños bolsos. Pero en Madrid no han sufrido ningún sobresalto.
Andalucía debe tener algo especial, porque a la holandesa Christine le robaron la cartera en Torremolinos el año pasado, pero eso no le preocupa. "En Madrid no he visto tanta aglomeración, y no es tan fácil que te metan los dedos en los bolsillos", comenta. "Raterillos, alguno ves", dice Edmundo, "pero no son peligrosos". Tania, sueca de 24 años que pasea por la Puerta del Sol, justifica muy peculiarmente la delincuencia madrileña: "Cuando veo tanto negro y tanto árabe, pienso que no todos pueden trabajar y que alguno habrá que robe". La joven nórdica no se considera racista, faltaría más.
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