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Nadie llora en La Coruña a Bebeto, al que el Deportivo busca ya sustituto

Xosé Hermida

La Coruña entregó su corazón a Bebeto y ahora se siente como una amante engañada. De momento, nadie ha derramado lágrimas en la ciudad por la marcha del goleador brasileño. El idilio más apasionado que han conocido nunca las gradas del estadio de Riazor se ha roto abruptamente en medio de amargos reproches: infantil, caprichoso, desagradecido o endiosado. El club tampoco quiere perder el tiempo con lamentaciones porque sólo dispone hasta el 2 de septiembre para fichar a un nuevo goleador. El uruguayo Rubén Sosa parece el primer objetivo.Bebeto tendrá que quedarse unos días más en La Coruña. El acuerdo alcanzado en la noche del viernes entre el presidente deportivista, Augusto César Lendoiro, y el representante del jugador, Ricardo Fuica, para rescindir el contrato del brasileño no será oficial hasta que se presenten avales económicos.

Aunque las partes no han querido revelar el precio de la libertad de Bebeto, el propio Fuica comentó a medios informativos brasileños que la oferta asciende a unos 1.000 millones de pesetas. El Deportivo acepta aplazar el pago siempre que Fuica presente avalistas, ya que- hasta ahora tampoco se ha confirmado cuál es el equipo brasileño al que se irá Bebeto. Sólo el Sao Paulo ha reconocido su interés por el goleador.

Decepción

Como la mayoría de la afición gallega, Lendoiro se siente burlado ante la actitud de un jugador. El estado de ánimo de la hinchada quedaba resumido en el texto de una pancarta colocada frente al domicilio del jugador: "Nosotros no te hemos decepcionado, no nos decepciones tú a nosotros. Bebeto quédate". Hacía varios meses que con frecuencia llegaban desde Brasil declaraciones del jugador en las que insinuaba que estaba cansado de La Coruña. Lendoiro, la prensa local y la mayoría de los aficionados trataban de disculparle. "Es natural, tiene morriña", se decía con total convencimiento. Hasta hace muy poco, Lendoiro aún aseguraba: "Bebeto nunca hará como Romario".Frente a las maneras engreídas y displicentes de Romario, al deportivista se le ponía como ejemplo de persona humilde y cumplidora. Al final, Romario ha pedido disculpas y se ha puesto a las órdenes de su club. Mientras tanto, Bebeto sólo ha tenido palabras para quejarse de la "ingratitud" de los aficionados que le silbaron el pasado lunes, durante el acto de presentación de la plantilla del Deportivo.

Lo que pocos aciertan a explicarse son los motivos profundos de la deserción del jugador brasileño. Se habla de su aversión a la lluvia, habitual en la ciudad gallega; de la influencia que su esposa, Denisse, ejerce sobre él; de supuestos enfados con el presidente Lendoiro o de simple capricho. Fuica ha dicho que tras conseguir el pasado campeonato del mundo, Bebeto está "en una nube" y en su país le tratan "como a un dios".

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Sobre la firma

Xosé Hermida
Es corresponsal parlamentario de EL PAÍS. Anteriormente ejerció como redactor jefe de España y delegado en Brasil y Galicia. Ha pasado también por las secciones de Deportes, Reportajes y El País Semanal. Sus primeros trabajos fueron en el diario El Correo Gallego y en la emisora Radio Galega.

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