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Unos gamberros destrozan 20 tumbas en Valdemorillo

Vicente G. Olaya

Una veintena de tumbas del cementerio municipal de Valdemorillo (3.200 vecinos) sirvieron de diversión, en la madrugada del jueves al viernes, a un grupo de gamberros. Cruces rotas, ángeles sin cabeza, lápidas movidas, crucifijos volteados y grandes pedruscos sobre las losas forman el desolador paisaje que han dejado tras de sí los vándalos.El cementerio se convirtió ayer en lugar de reunión de gran número de vecinos. "No hay derecho a esto. ¿Por qué no respetan la memoria de nuestros muertos?", clamaba una mujer, muy nerviosa, frente a la tumba de su hija recientemente fallecida.

Según las primeras investigaciones, los autores pudieron ser cinco jóvenes residentes en una urbanización de veraneantes próxima al casco urbano del pueblo. La Policía trabaja sobre la hipótesis de que se trata del mismo grupo de muchachos que fue apercibido por un agente municipal en la noche del miércoles al jueves.

, Los sospechosos bebían copiosamente y bailaban al son de una música ensordecedora frente a las puertas del cementerio municipal, alrededor de las cinco de la madrugada del viernes. "Eran muy agresivos y el policía sólo pudo tomar nota del carné de identidad de uno de ellos", manifestaban ayer los agentes locales. "La Guardia Civil ya ha detenido a uno de estos jóvenes como posible autor de los daños al cementerio", afirman fuentes municipales. Una afirmación que no confirman desde la Guardia Civil: "Aún se están practicando diligencias", comentaron.

Melonar dañado

El alcalde de Valdemorillo, Mariano Gamella, del PP, reconoció, sin embargo, que las investigaciones policiales están ya muy avanzadas: "Ya sabemos quiénes son, los tenemos localizados", explicó. El regidor anunció que el Ayuntamiento se personará como acusación particular cuando se celebre el juicio contra los gamberros. "Querernos l¡¡ máxima dureza en este caso", comentó. El Ayuntamiento, además, está estudiando ayudar económicamente a los vecinos en la reconstrucción de las tumbas dañadas.

Los mismos gamberros, presuntamente, también aprovecharon la noche para destrozar una plantación melones y sandías de 9.000 metros cuadrados del agricultor Eugenio Aguilar. Machacaron y pisotearon las mejores piezas frutales de la finca. Aguilar manifestaba ayer visiblemente nervioso: "Han aplastado contra el suelo piezas de hasta siete kilos. Yo jamás he hecho daño a nadie. ¿Por qué han hecho esto?", se preguntaba.

Eugenio Aguilar se levanta todos los días muy temprano para estar a las siete y media de la mañana cuidando la finca, de la que se siente orgulloso. "Es mi trabajo y el de mis hijos. Un año de penas para nada", sollozaba el agricultor.

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Sobre la firma

Vicente G. Olaya
Redactor de EL PAÍS especializado en Arqueología, Patrimonio Cultural e Historia. Ha desarrollado su carrera profesional en Antena 3, RNE, Cadena SER, Onda Madrid y EL PAÍS. Es licenciado en Periodismo por la Universidad CEU-San Pablo.

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