No estaba muerto
"Me he llevado un gran susto y, al mismo tiempo, una gran alegría". Así comentaba ayer Mari Carmen Remacha la llegada a su domicilio en Vinarós (Castellón) de su hermano José Antonio Herrero, de 39 años, quien oficialmente, según la policía y un juez de Lérida, estaba muerto desde finales de julio, y enterrado en el cementerio de esa localidad castellonense desde el 5 de agosto. La policía atribuyó la muerte de Herrero en Lérida a una sobredosis de droga. La familia del resucitado va a presentar una demanda para aclarar quién ocupa la tumba-
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.