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Zúñiga, inconformista

Maite Zúñiga, la segunda atleta española, junto con Conchita Paredes (triple salto), que alcanzó la clasificación para una final, la de 1.500 metros, acabó octava y mostró su inconformismo por ello: "Vine para conseguir una buena marca y ha salido una carrera lenta, que no se ajusta para nada a mis condiciones". Esta fue la cuarta gran final para Zúñiga, después de dos olímpicas y una mundial, y confiaba en una mejor clasificación al estar limitada la participación a las corredoras europeas: "Las medallas me resultaban lejanas, pero más todavía en una prueba donde nadie quería correr. Unas estaban cansadas de haber corrido los 800 metros, otras de haber hecho el 3.000, yo me puse detrás de las rusas por si tiraban, pero nada. Tácticamente, no podía esperar una carrera peor. Sin embargo, tengo que considerar bueno mi octavo puesto, porque no tengo un final rápido". La atleta perdió dos puestos en los últimos metros, superada por las corredoras que llegaron lanzadas desde atrás. Maite Zúfliga. tiene el contratiempo de que no encuentra rivalidad en España. Mantiene a causa de ello temporadas muy irregulares, pero sabe alcanzar un buen estado de forma en las grandes competiciones.

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