_
_
_
_
BALONCESTO CAMPEONATO DEL MUNDO

La selección nacional acaba en décima posición

La derrota ante Argentina culminó el desatre español

No podía ser de otra forma. España acabó perdiendo y repite el decepcionante puesto que ocupó en el Mundial de Argentina hace cuatro años, el peor de su participación en los mundiales. El colofón ha correspondido de manera fiel a la trayectoria seguida por el equipo español en este torneo. España vuelve a casa después de una actuación descolorida, sin personalidad. Ni siquiera ha logrado dominar en el reino de los parias. La selección argentina, con mucha mayor motivación que la española, se llevó merecidamente el triunfo después de 40 minutos que mostraron todas las miserias del equipo español.Únicamente Epi mostró orgullo torero. En su más que probable último partido con la selección, el alero zaragozano se empeñó en enderezar una nave que desde la derrota ante China perdió el rumbo para no volverlo a encontrar. Epi le echó ganas y coraje, pero no fueron suficientes. Argentina. mandó durante todo el partido. Consiguió una buena renta, en los primeros 20 minutos (39-25), donde España naufragó ofensivamente, y supo rehacerse en su momento más comprometido, cuando el gran capitán español logró con sus aciertos igualar la contienda. Superado el trance y concluido el esfuerzo de Epi, los argentinos se volvieron a colocar en la cómoda ventaja de la decena de puntos, con las que vivió el resto del encuentro.

Más información
Menos análisis y más acción, por favor

Pese al paulatino aminoramiento de la diferencia en el marcador, que tuvo su punto de inflexión en el 56-60 a falta de cuatro minutos, y medio para el final con un triple de Pablo Laso, la remontada española no pudo ir más allá, puesto que los argentinos tuvieron más fe en sus posibilidades que los españoles en las suyas. La pérdida de rebotes defensivos fue incomprensible y la falta de muñeca española facilitó la labor de los argentinos.

Raimundo Saporta, personaje fundamental en la historia del baloncesto español, solía tener siempre una frase: "Hay que ganar el último partido, para poder irse a casa alegre". Jugando para el noveno puesto la frase quedaba un poco desfasada, pero al menos estaba en juego una pequeña sonrisa. Otro mal partido, el último, privó a España de esta mínima satisfacción. Al menos, el suplicio ha terminado. Eso sí, con una cara que llega hasta los pies.

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_