Casa de Campo. ¡Qué pena!
Gracias a las cerca de 2.000 hectáreas de la Casa de Campo, Madrid. es una de las ciudades más forestadas del mundo. Personalmente, nací en sus inmediaciones, y desde mi más tierna infancia, hasta mis actuales 32 años, he disfrutado de todos sus rincones, y me ha enseñado a amar la naturaleza. Aún hoy es fácil encontrar liebres, ardillas y multitud de especies de pájaros por sus más ocultos rincones. Por esto, desde una inspiración apolítica, pediría a quien corresponda, en mi nombre y en el de miles y miles de madrileños, que se pusiese todo el empeño posible en cuidar y conservar esta maravilla. Diariamente atraviesan este parque 30.000 vehículos, muchos de ellos lo hacen para observar y utilizar los servicios de alguna de las cientos de prostitutas y chaperos que habitan sus cunetas. Grandes superficies están plagadas de jeringuillas y preservativos usados. Es fácil, haciendo deporte o pasean do con tus hijos, ver alguno de estos servicios en directo, cuando no te los proponen personas de uno u otro sexo. Por favor, autoridades, hagan algo para intentar evitar esto, ya que si no, en 10 años, la degradación de la Casa de Campo llegará a extremos in verosímiles.-
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