Un baño en pelotas
Ma costao, aunque mi Manolo dice que empelotarse es mu libertario, y mi Tatianita se baña en toplés, y mi amiga Jocelyn, que vivió muchos años en Perpiñán porque su marido, con la cosa del exilio, estaba de acomodador en el cine donde echaban Emmanuelle, dice que encuanto puede se baña en cueros vivos, y Marisa y Sabas son de un Club Naturista, van a playas no textiles, o sea, de empelote, y dicen que es mu sano y lo que toca el sol está bendecío por Dios, una exageración, digo yo, que no creo yo que la divina providencia tenga ni tiempo ni ganas pa bendecir las vegüenzas del personal. Y ahora Alexis, por la misma, dice que el Santo Predicador de Illinois nos quiere tal que vinimos al mundo, y como estamos de meditación con Alexis, pues mirá tú que nos fuimos toa la pandi en busca de una playa retirá con el objeto de la terapia nudista.Pero no es lo mismo un cuerpo juncal como el de Leticia Sabater que el de una gladiadora del hogar, y sobrá de michelines, y además una está reimprimida y tié su pudor, y pienso que si me cruzo por la playa con Mariano el pollero, verbigracia, ¿con qué cara le voy a pedir yo luego unos jamoncitos de pollo o unas pechuguitas?
Así que bueno, por solaridad con Alexis, con la sezta y con las amigas, pero lejos, y al menos servidora se desnudará cuando la mar llegue por cimita de la línea de la concepción.
Conque me meto en el agua y cuando no me puen ver los bajos más que los peces, que son mu discretos, me quito el lastex y lo tiro en la orilla pa nadar liberá de licras, de gomillas y de apreturas, qué gustito. Sólo que, ay María, no contabas con el levante, y cuando se enfada el levante lo lleva tó por delante, y en éstas rompe una ola exagerá y arrastra el bañador. Y mientras las demás salen tan panchas, olé su cuerpo serrano, lo que han de comer los gusanos que lo vean los cristianos, y se ponen su bañador tranquilamente pa volver con la familia, yo me tengo que envolver malamente en una toalla, y en éstas, lo que me temía, que me cruzo con Mariano el pollero. Pero María... ¿Tú también eres de las que te bañas en porretas?
Tierra, trágame, en el pecao llevo la penitencia. A ver con qué cuajo le pido yo mañana unas pechugitas para empanar.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.