De las Cuevas gana su primera clásica
Un ex discípulo de Miguel Induráin, Armand de las Cuevas, un ciclista de la generación de 1968, ésa solapada por el poder del corredor navarro, emergió en el sol guipuzcoano y con una demostración de gran clase subiendo Jaizkibel se impuso en la Clásica de San Sebastián, primera prueba de la Copa del Mundo tras el Tour. El maestro, Induráin, se tomó la prueba como una oportunidad más para hacer kilómetros y no perder el golpe de pedal con vistas a su próxima intentona del récord de la hora.
De las Cuevas ama la soledad. Su espíritu místico busca las sombras donde nadie pueda perturbar su paz. Eso, antes de las carreras. Porque en ellas, en las que ama, sobre todo, busca la luz. De las Cuevas (francés, 26 años, amamantado en el Banesto) es también un espíritu atormentado. Soporta las críticas y las engulle. La única liberación para el hombre que quiere madurar es la victoria.Sus armas: la clase y la rabia. Y el amor por la libertad. La Clásica de San Sebastián, la carrera de un día más prestigiosa de cuantas se disputan en España, son 238 kilómetros, pero la práctica y la tradición, dicen que se resumen en los últimos 40, en la avenida de los valientes: la subida y el descenso de jaizkibel hasta el bulevar donostiarra. Allí se lucieron los grandes, Induráin (1990), Bugno (1991), Chiappucci (1993). Allí brilló ayer De las Cuevas.La carrera marchaba rápida, escaramuzas Y demás, viento a favor y ganas. Los modestos intentando lo imposible, los grandes, reservándose. Y llegó el momento clave, el de apretar los dientes y no mirar atrás. Como en las etapas reinas de la reciente Vuelta a Burgos, De las Cuevas ordenó a Sus compañeros del castorama que forzaran el ritmo aún más, y llegada su hora, él mismo se puso al frente. Uno a uno fueron cayendo los que intentaban seguir su ritmo, el último Della Santa. Es la manera de los campeones: el que quiera y pueda que me siga, que yo me voy. Doblándose sobre la bicicleta -estilo único, la cabeza baja como escrutando al asfalto-, sin cejar, en caso de duda más fuerzas y más desgaste, De las Cuevas se fue solo. Coronó Jaikibel con un minuto. Le dieron por perdido y los demás se prepararon para luchar por la segunda plaza. Fue para el campeón del mundo, el norteamericano Lance Armstrong, a 1.57 minutos del ganador. Tercero fue el italiano Stefano Della Santa.
Miguel Induráin empezará a partir de mañana a entrenarse en carretera con una bicicleta a la que se han adaptado los ángulos y las medidas de la que utilizará en su próxima intentona del récord de la hora. Es la última prueba, la más difícil, antes de encerrarse en el velódromo de Burdeos a finales de mes o primeros de septiembre. "Hay que ir paso a paso", dice su director, José Miguel Echávarri. "Superando etapas. Si Miguel se adapta a la postura y pedalea a gusto, el siguiente paso será ver cómo se mueve en el velódromo. Es una aventura hacia lo desconocido, un reto demasiado importante como para no ir con todo calculado. Si Miguel no se siente a gusto, lo dejamos para el año próximo".
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