Una película de aventuras, para el mago de la televisión
El presidente Silvio Berlusconi llegó al Parlamento después de que una nueva teja hubiera caído sobre su cabeza. Poco antes se habían hecho públicas en Italia las revelaciones de The Wall Street Journal, según las cuales Fininvest tuvo un papel clave en la operación financiera que, en 1990, permitió a los discutidos financieros italianos Giancarlo Parretti y Florio Fiorini comprar, por alrededor de dos billones de liras (170.000 millones de pesetas) la productora cinematográfica Metro Goldwyn Mayer. La aventura financiera acabó mal, con grandes problemas jurídicos y legales para sus promotores. The Wall Street Journal asegura que Berlusconi tuvo frecuentes contactos de trabajó con Parretti y Fiorini y que, por tanto, no había sido ajeno a los manejos de éstos.El portavoz del primer ministro italiano, Antonio Tajani, replicó rápidamente diciendo que la información del periódico norteamericano era el enésimo intento zafio para atacar a Berlusconi.
