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Liberados 300 presos políticos en Marruecos

"Estoy muy contento de estar en libertad", aseguró ayer a EL PAÍS, Ahmed Khiar, de 62 años, el preso político más antiguo de Marruecos, horas después de que fuera excarcelado de la prisión central de Kenitra, a unos 50 kilómetros de Rabat, donde ha permanecido, internado cerca de 22 años. Khiar forma parte de un grupo de 300 detenidos políticos liberados en la madrugada del jueves en aplicación de la medida de gracia decidida por Hassan II

Ahmed Khiar es ahora un venerable anciano, pero al mismo tiempo es un símbolo. Ingresó en la prisión de Kenitra en 1972, cuando regresó clandestinamente de Argelia, donde había huido tras matar a un policía que se había infiltrado en una célula clandestinada de la Unión Nacional de las Fuerzas Populares, (UNFP), uno de los principales partidos de la oposición democrática. Ha sido toda su vida un combatiente nato: primero en favor de la independencia, después en favor de la democracia. Condenado a muerte y a reclusión perpetua se benefició hace dos años de una primera gracia, que redujo su condena a 30 años.Durante este tiempo ha envejecido, ha perdido a su mujer y a uno de sus hijos, pero no ha dejado de luchar y ha permanecido siempre activo en las filas de la Unión Socialista de las Fuerzas Populares. "Me quedaré a vivir en Kenitra", aseguraba ayer Khiar, mientras intentaba recuperarse de la emoción.

En las últimas horas han abandonado las cárceles de Marruecos cerca de 300'presos políticos, sobre un total de 424, cuyos nombres fueron sugeridos por el Consejo Consultivo de los Derechos Humanos en una lista que el propio rey Hassan II había ordenado preparar.

La medida de gracia y la orden del soberano al Consejo Consultivo, se hicieron públicas en un discurso que el rey dirigió a la nación el 8 de julio, con ocasión de la fiesta de su aniversario. En medios políticos se asegura que la medida es un mensaje de reconciliación nacional y una concesión a la oposición para que acepte ya de una vez formar parte de un Gobierno de "credibilidad democrática", tal y como ha venido reclamando el monarca desde hace varios años- y especialmente tras la celebración de las últimas elecciones.

Las organizaciones de derechos humanos aseguran que en las listas de los presos que están siendo liberados no se incluye a todos los reclusos políticos del país y que un número indeterminado continuará en prisión. Según un portavoz de la Asociación Marroquí de Derechos Humanos (AMDH), entre 40 y 50 presos de carácter político no han sido perdonados, en la mayoría de los casos se trata, según el de militantes integristas.

"Es un paso importante e histórico", recalcaba ayer por la noche en la puerta de la prisión central de Kenitra, la más importante del país, un miembro activo de la AMDH, mientras permanecía junto con un grupo de familiares en espera de que la prisión abriera sus puertas. En los corrillos se recordaba que los presos políticos liberados en 1985 salieron de prisión en medio de la discreción más absoluta y rápidamente colocados en un tren hacia Rabat.

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