El PSOE cree que "repetir ideas y explicar la gestión" no basta para recuperar votos

La dirección socialista reconoce que el fracaso electoral del pasado 12 de junio no obedece a causas coyunturales, sino profundas. En el in forme que hoy presenta al comité federal, la cúpula del PSOE reconoce que para recuperar los votos perdidos ya no se puede confiar en "la simple repetición de viejas ideas ni en la explicación de la gestión realizada, por brillante que ésta sea en muchos ámbitos de la vida autonómica y local". En el documento se propone la corrección de "algunas actitudes mantenidas en el pasado" y la redefinición de aspectos importantes de su oferta política.

"La importancia de la sesión de hoy del comité federal radica en la pretensión socialista de cerrar el debate sobre él fracaso electoral del 124 y tomar la iniciativa ante el próximo reto en las urnas, el de las elecciones municipales y autonómicas de la primavera. El informe, asumido unánimemente por la dirección del partido, tiene una profunda carga autocrítica. Los socialistas reconocen también que se ha producido un movimiento de fondo en el electorado que se había empezado a manifestar incluso antes. de las elecciones legislativas de junio de 1993.

"De los análisis se deduce con claridad una fuerte tendencia a la movilización del electorado no socialista, tanto del que puede calificarse de conservador como del que opta por Izquierda Unida (IU), lo que contrasta poderosamente con la elevada abstención registrada en el seno del electorado que votó al PSOE en las pasadas elecciones generales", se afirma.

La dirección del PSOE admite incluso que la baja participación de los votantes socialistas en los comicios del 124 tiene que ver "con los sentimientos de desafección y de crítica hacia la política y los partidos" y lo señala como la razón principal que ha llevado a la abstención a más de dos millones de antiguos electores socialistas, y a otro millón largo a votar a Izquierda Unida o al Partido Popular.

Entre las causas de desafección destaca, por este orden, el voto de castigo por los casos de corrupción, la voluntad de provocar una reacción, la pérdida de Confianza,, la crisis económica y el paro y, por último, el desgaste producido por casi 1,2 años de gobierno.

A estas causas de fondo atribuye la dirección socialista la paradoja de haber cumplido el 25% del programa electoral del 64 y, sin embargo, no sea esa "la impresión de muchos sectores de la sociedad" que entonces les apoyaron.

El perfil del electorado perdido por el PSOE corresponde, según el análisis de la comisión ejecutiva, al que le dio la victoria en las elecciones legislativas de hace un año: hombres y mujeres integrados en la vida laboral activa, jóvenes, intelectuales, profesionales, gente con elevado nivel educativo y que habita en las zonas urbanas. "Su perfil ideológico se ubica mayoritariamente en posiciones de centro", concreta el informe, y territorialmente se sitúa en las grandes ciudades y en las áreas metropolitanas.

La dirección socialista se encuentra con el difícil reto de que sólo dispone de nueve meses para tratar de dar la vuelta a la situación, Por ello, esta misma semana ha empezado a preparar las elecciones municipales y autonómicas de mayo con reuniones intensivas organizadas por la secretaría de relaciones políticas que dirige Txiki Benegas.

La dirección del partido y el vicepresidente del Gobierno, Narcís Serra, se han reunido con presidentes autonómicos, los 17 secretarios regionales y los alcaldes de poblaciones superiores a 50.000 habitantes.

Una condición previa para los socialistas es garantizar la unidad interna. La asunción unánime del informe político por la dirección socialista es el primer paso. Las posiciones radicales de Julio Anguita han propiciado la unidad interna sobre la política de pactos.Los guerristas ya han superado su tentación de cuestionar los pactos con los partidos nacionalistas y cambiarlos por acuerdos con Izquierda Unida. El intento de acercamiento de la dirección socialista a los sindicatos, tal y como propone el informe, remacha la política unitaria de pactos.

Pero los socialistas tienen que superar. otros escollos, que ya no están sólo en su mano, cómo son la clarificación de las expectativas económicas y la enorme desafección que les han originado los escándalos de corrupción.