Un pelotón sin planes de batalla

El Tour malvive sin planes de batalla. La mitad de los equipos han cubierto sus objetivos y se dan por satisfechos, la otra mitad hacen un recuento diario de sus efectivos y procuran sobrevivir con dignidad. Algunos directores dicen en voz baja que habría estado bien dejar a 68 corredores en la cuneta, fuera de control, para ver cómo le mudaba la cara a los organizadores si los Campos Elíseos de París reciben engalanados un pelotón de 50 corredores.El jueves amaneció sin nervios. Calma general. Casi nadie tenía un plan entre las manos. "¿Plan para hoy?", se le preguntaba al colombiano Nelson Rodríguez, ganador anteayer. "Muy sencillo, estar ahí".

Los Banesto son los únicos que muestran actividad. Tiene al líder y motivos sobrados para trabajar cada uno de los días del Tour Siempre hay algún detalle que apuntalar.¿Planes para hoy?. "Virgencita que me quede como estoy", recita Javier Mínguez, empeñado en la imposible causa de convencer a la prensa española de que no se puede transmitir al aficionado que el Tour está ganado. "Una caída, una enfermedad, puede acabar con todo. No podéis vender tanto optimismo". Nadie parece dichoso.

¿Planes para hoy?.Juan Fernández piensa unos segundos. Mala señal. Pero contesta: "Ganar una etapa". Suma mentalmente sus efectivos y escupe: "Tengo tres corredores aptos para luchar por la etapa". Son Escartín, Arsenio González y Bortolami. Pero Bortolami terminó muy cansado la etapa del miércoles. ¿Algún plan?. "Estamos todos los días juntos y nada les tengo que explicar cada mañana". No hay plan.

¿Planes para hoy?. Manolo Sáiz también se lo piensa. "Creo que podemos intentar que Zülle suba alguna posición, pero habría que hacer más rápida la carrera". Pero Zülle sufrió apuros para mantenerse en cabeza y perdió tiempo.

El inglés Sean Yates fue más explícito: "El 99% de los corredores toman la salida cada mañana con una idea fija: terminar de una pieza". El neozelandés Stephen Swart reconoce estar demasiado fatigado. No hay planes, sólo cansancio general y ganas de terminar cuanto antes. Y si puede uno hacer vida en el pelotón de cola mucho mejor. El francés Thierry Gouvenou, del Gan, equipo al que le quedan tres elementos, lo cuenta sin tapujos: "Existe una gran solidaridad en ese grupo, no hay diferencias de nacionalidad ni equipos. Todo el mundo se ayuda, todos estamos, dispuestos a pasarle agua al de al lado".

La mañana se presentó sin nervios. No hay plan de batalla. Sólo sobrevivir. Unos minutos antes de comenzar la etapa se supo del abandono del francés De las Cuevas. Terminó agotado el miércoles. No será el último en mar charse, razón de más para que muchos corredores se despierten con una idea fija en la cabeza: terminar de la mejor manera posible. Así están las cosas en este Tour.