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De la Rosa ganó 5.000 millones con Grand Tibidabo, sociedad al borde de la desaparición

Durante los tres años que Javier de la Rosa ha presidido Grand Tibidabo, desde mayo del 91 hasta mayo del 94, el valor de esta sociedad ha pasado de los 30.000 millones que obtuvo con la venta de su cartera de leasing, en 1991, a poco más de 4.000 millones, según reconocen incluso fuentes próximas al actual consejo de administración. Dicho en otros términos, para los 9.000 pequeños accionistas de Grand Tibidabo el valor de cada una de sus acciones ha bajado en el mismo periodo desde casi 2.000 pesetas a 145. Mientras los pequeños accionistas se empobrecían, el financiero no sólo ha recuperado su inversión sino que ha acabado haciendo un buen negocio, con unas ganancias de 5.000 millones.

Grand Tibidabo se encuentra ahora en una situación dramática, abocada a reducir su capital a una sexta parte de su valor anterior y, posiblemente, a las puertas de la liquidación.Tras las últimas ventas de propiedades -el 80% de Tibigardens, el 8% del Banco de Ibiza y la empresa de distribución de películas Cinepaq-, tan sólo queda en manos de Grand Tibidabo una promoción inmobiliaria en Marbella, Tibi Golf Guadalmina, el Parque de Atracciones del Tibidabo, y la sociedad holding Bamsa, que participa en diversas empresas que en general arrojan pérdidas.

Aunque el financiero ha ce dido a Juan Cruells, Emilio Casinello, Santiago Tomeo y Jorge Ventosa, consejeros de su confianza en Grand Tibidabo, una parte de su participación, el 26%, para que sea amortizada, esto no será suficiente, ni de lejos, para que los accionistas recuperen el valor de sus acciones. Entre otras cosas porque una de las condiciones para realizar esa operación es que De la Rosa no pagará la mayor parte de sus deudas con Grand Tibidabo, que actualmente son de 3.380 millones.

Está claro que para los pequeños accionistas de Grand Tibidabo los tejemanejes de De la Rosa han resultado un fiasco. Pero, ¿cuál es el balance final para el financiero?

De la Rosa inició su campaña en mayo de 1991 con la compra del 30% de la antigua CNL, que posteriormente fusionó con Tibidabo, también controlada por él. La inversión en CNL, le costó 8.500 millones.

Cascada de operaciones

Poco antes de la fusión, de la que nació Grand Tibidabo, De la Rosa hizo que CNI, le comprara su paquete del 30% en Tibidabo. Con esta operación, el financiero ya recuperó 3.150 millones de los 8.500 que había pagado por su entrada en la sociedad de leasing. En el momento de la fusión, CNL fue valorada en 27.800 millones, mientras que Tibidabo, en la cual De la Rosa mantenía todavía una participación del 30%, se valoró en 6.000 millones, pero a esta cifra De la Rosa le sumó futuros beneficios tácitos de 5.000 millones, que lejos de hacerse realidad, han acabado convirtiéndose en pérdidas. La conclusión es que el financiero se sobrevaloró sus propias acciones en 1.500 millonés de pesetas.

Poco después, en junio del 92, Grand Tibidabo lanzó una OPA por el 100% del holding Bamsa. Una vez más se trataba de una empresa bajo su control. A Grand Tibidabo esta operación le costó 2.210 millones de pesetas y De la Rosa recibió casi 500 millones de pesetas.

A finales del año pasado, De la Rosa vendió a Grand Tibidabo el 50% de la clínica New Teknon, por 2.200 millones, y el solar en la que ésta se encuentra, por otros 1.800, todo de su propiedad. La negativa de los otros socios de la clínica, el grupo norteamericano NME, a aceptar la operación, ha obligado a De la Rosa a anular la venta de la clínica, pero no la de los terrenos. Si a estos ingresos se añaden las deudas pendientes, 3.380 millones, el balance es claramente favorable. De la Rosa invirtió 8.500 millones para entrar en la sociedad y ha retirado, de diversas maneras, 10.330 millones.

Quedan aún por sumar las comisiones cobradas por De la Rosa en algunas importantes operaciones, como la venta de la cartera de leasing de la antigua CNL al BCH o los créditos a Ramón Fiter para la adquisición de Urbas y CAI, que han dejado otras deudas calculadas en 2.700 millones. Asimismo, según antiguos colaboradores del financiero, durante los tres años que ha estado ocupando la presidencia de Grand Tibidabo, éste ha cargado a las cuentas de la sociedad la mayoría de sus gastos personales, especialmente los de seguridad y gestión, así como los salarios de sus más directos colaboradores. Por estos conceptos, según las mismas fuentes, Grand Tibidabo habría pagado otros 1.000 millones de pesetas.

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