Bulgaria se va por la puerta falsa
Suecia logra el podio e impide que Stoichkov se quede sólo como máximo goleador
Suecia subirá al podio de la Copa del Mundo después de apear a Bulgaria en el choque de los perdedores. Quedar tercero cuando se ha aspirado a disputar el título es sólo un consuelo. Peor es, en cualquier caso, acabar cuarto, goleado y humillado. Los búlgaros salieron del Mundial por la puerta de servicio después de haber compartido, mesa con los señores del fútbol. El equipo llamado sorpresa, víctima del desenfreno que ha comportado su gallardo pasear por la competición, no podía ayer ni con los calzones. Los futbolistas se fueron cayendo a trozos por la solana del Rose Bowl de Pasadena.Fracasó Bulgaria como equipo e individualmente. El empeño de Stoichkov por salir del campeonato como Pichichi resultó estéril. Empatado a seis goles con Salenko, el delantero azulgrana deberá aguardar a la final y apostar contra Romario y Baggio, segundos en la lista con cinco tantos cada uno. Stoichkov no estaba ayer para jugar un partido y menos contra un equipo como Suecia. Los suecos son gente muy seria y organizada y ofrecieron un encuentro correcto ante la anarquía y el desorden búlgaro.
Resulta muy costoso motivarse ante choques de tal calibre y mal llamados finales de consolación. No hubo ni ritmo ni tensión competitiva en la cancha. Brolin encontró ' muy pronto el marco contrario, y el partido se convirtió en un goteo de ocasiones en la meta de Mihailov. Los goles fueron cayendo con la misma contundencia que fracasaba la banda búlgara, muy dispersa y sin saber a qué atenerse Nadie sabía si era más conveniente apelar al espíritu de grupo para arreglar el marcador o porfiar en la tarea de jugar sólo para que Stoichkov marcara. No hubo ningún acuerdo. El delantero acabó rematando siete veces a puerta, pero siempre mal o a destiempo.
El choque fue en la primera parte un discurso sueco, y un aparte de futbolistas como Brolin y Kennet Andersson. Suecia dominó todas las facetas ofensivas. Los remates fueron el único alivio para una ^grada aplatanada por el calor y que, dada la oferta que había, acabó por corear el nombre de México.
Suecia ni se inmutó. Contó hasta cuatro goles antes del descanso y afrontó el segundo tiempo como un apéndice. Bulgaria seguía fuera de la cancha, con los futbolistas cruzándose malas miradas y mucho olor a tabaco en el banquillo.
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