Cita en la "Farmacia de guardia"

"Parches porosos Atleta de fieltro ojo, eficacísimo contra todo dolor. Cura las neuralgias, los catarros y los dolores reumáticos y musculares". Es el texto de un flamante anuncio que puede verse en el escaparate de la botica que la licenciada Cano ha abierto en la Facultad de Farmacia alcalaína. No es que la actriz Concha Cuetos, la popular Lourdes de Farmacia de guardia, vaya a rodar en la Universidad de Alcalá un capítulo de la serie dedicado, por ejemplo, a las prácticas tuteladas. La réplica de su botica está desde ayer en la facultad alcalaína como parte de una sala de recuerdos sobre la profesión, que sus responsables han decidido llamar Escenas de farmacia. La copia del decorado televisivo fue donada por los laboratorios Procter and Gamble, que la encargaron, con la venia de Antena 3 Televisión, para que sirviera de pabellón donde exponer sus productos en unas jornadas especializadas. Hizo furor entre los farmacéuticos. Más de 5.000 licenciados se fotografiaron a sus puertas acompañados de Quique, Adolfo o Lourdes.Los que posarán ahora frente a ellas serán los estudiantes complutenses, y más de uno sujetando una caña, en una mano y los apuntes en otra, porque la botica se ha instalado en la cafetería de la facultad. Allí se va a quedar con sus estantes y escaparates llenos de los medicamentos de principios de siglo, que han donado los farmacéuticos de la zona. Medicamentos como la Sabañolina Puerto: "El remedio verdadero, rápido y seguro contra los sabañones, que seca en 24 horas", o la Denticina: "La salvación segura de todos los niños de los accidentes peligrosos de la dentición", que cuesta tan sólo 66 pesetas. Una cantidad considerable, sin embargo, en 1923, que es cuando se empezó a fabricar.

Uno de los remedios a la venta en la farmacia de guardia alcalaína es el Halodrenil, unas ampollas con "efecto depurativo" inventadas por Manuel Capilla, el padre del actual presidente del Colegio de Farmacéuticos de Madrid, Pedro Capilla, quien, tras el acto de inauguración del museo, explicó orgulloso a los curiosos cómo su progenitor fabricó este medicamento.

El acto tuvo su miga. El decano, Vicente Vilar, y el rector, Manuel Gala, inauguraron el aula León Felipe y el museo a oscuras. Los plomos le jugaron una mala pasada. Los dos aguantaron el tipo, y entregaron al tacto placas conmemorativas a los presidentes de los distintos colegios profesionales y a dos de los farmacéuticos del Corredor del Henares que han colaborado con la Universidad acogiendo en sus boticas a 10 alumnos para realizar las prácticas tuteladas.

Pilar Jaraba es una de las licenciadas que admitió estudiantes y cree que el choque de éstos con la realidad al salir de las aulas es grande. Les ha enseñado "lo que es el negocio, cómo tratar a un cliente, cómo llevar los libros, y algo muy importante, descifrar la letra de los médicos".

Otra de las cosas que Vicente Vilar estima primordial que aprendan sus alumnos es "de dónde vienen, cuáles son las raíces de su profesión". Por eso el museo, en el que a través de láminas, fotografías, matraces, probetas y otros utensilios situados junto a las primeras máquinas de la era industrial será un breve repaso a la historia del alivio de los dolores de la humanidad.