Ballesteros sigue en el par y Olazábal baja enteros
Eso de la delgada línea que separa la vida de la muerte dejó de ser ayer una metáfora durante unos instantes, aquellos en los que Severiano Ballesteros se puso a hacer equilibrios. "Si no tienes suerte en este deporte, no tienes nada que hacer", dijo el cántabro después de firmar su segundo 70. El par del campo otra vez. Mientras alguno de los favoritos a ganar el 123º Open asaltan directamente el trono (Tom Watson, que con -7 lideraba el torneo y se lanzaba a la conquista del que sería su sexto Open) y otros se aprestaban a tomar posiciones cercanas (Greg Norman, Nick Price, Ernie Els), Ballesteros luchó para sobrevivir con posibilidades de victoria en una jornada climáticamente más benigna que la primera.
José María Olazábal lo tuvo peor que Ballesteros: su lucha fue meramente para poder respirar, para superar el corte. Mientras su espíritu se iba achicando hasta la taciturnidad, así su cuerpo: cargado de espaldas terminó el ganador del Masters un segundo recorrido que le dejó con +3, uno más que el día anterior, a 10 golpes del veterano norteamericano Tom Watson. Un decaimiento que llegó al máximo en el acogedor hoyo 17, un par cinco en el que hubo casi más birdies que pares, y en el que el vasco falló un putt de poco más de un metro. "Lo tengo difícil, 10 golpes son muchos", dijo Olazábal. "Pero cosas peores se han superado".Los equilibrios en realidad no los hizo ayer Severiano Ballesteros -bueno, una vez que tuvo que golpear casi de puntillas al borde de un bunker-, sino su bola. Dos paseos por la cuerda floja.
Fueron los famosos Sevy's shots, esos que hacen que el español sea la figura más venerada aún en las calles inglesas. "Tiré a arriesgar", contaba un Ballesteros que sólo utilizó toda su energía creadora, su precisión de asesino en los momentos. en que se ahogaba, en que se jugaba el todo por el todo.
Una vez fue en el hoyo 13. La bola, errática, estilo Ballesteros, había ido a parar después de ser golpeada por el hierro -"mis peores palos", dice- a una maleza bordeando el green, no lejos de un sugestivo bunker. Para sacar la de allí, el cántabro tiró de sutileza, un golpe apenas marcado para que la bola rodara mansa mente hacia el acogedor césped. Pero ésta tenía otras ideas. Botó a penas en el borde de una hoya que acababa en la trampa de arena y parecía que rodaría. Pero, no, perdió su vértigo, sucumbió a la atracción del vacío: bogey.
Clasificación
1. 133 golpes (-7): Tom Watson (EE UU), 68+65. 2. 134 (-6): Jesper Parnevik (Suecia), 68 + 66; Brad Faxon (EE UU), 69 + 65. 4. 135 (-5): Nick Price (Zimbabue), 69 + 66. 5. 136 (-4): Greg Turner (Nueva Zelanda), 65 + 71; Frank Nobilo (Nueva Zelanda), 69 + 67; David Edwards (EE UU), 68 + 68; Jonathan Lomas (Inglaterra), 66 + 70. 9. 137 (-3): Ronan Rafferty (Irlanda del Norte), 71 + 66; Fuzzy Zoeller (EE UU), 71 + 66; David Feherty (Irlanda del Norte), 68 + 69; Loren Roberts (EE UU), 68 + 69. 13. 138 (- 2): Greg Norman (Australia), 71 + 67; Ernie Els (Suráfrica), 69 + 69. (...) 140 (par): Ballesteros, 70 + 70; John Daly (EE UU), 68 + 72. 141 (+ 1): Nick Faldo (Inglaterra), 75 + 66; Hospital, 72 + 69; Colin Montgomerie (Escocia), 72 + 69. 142 + 2): Bernhard Langer (Alemania, 72 + 70). 143 (+ 3): Olazábal, 72 + 71. No pasan el corte, entre otros: Finch (+10), Torrance (+ 7), Stewart (+ 8), Nicklaus (+ 5), Woosnam (+ 12).
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