El hombre de hierro

Dicen que Raymond Burr, en Ironside, hizo más sentado en su silla de ruedas que muchos actores de pie. Pero eso, entiéndase, sólo por lo que se refiere a su labor de detective de ficción. Entonces nadie pensaba en integrar minorías.Un hito en la historia de los sabuesos catódicos, Ironside fue celebérrimo paralítico porque un tiro inoportuno había segado su columna vertebral.

Antes de que ocurriera todo esto, los productores habían tenido, que convencer a Raymond Burr para que se subiera a este otro tren, nueva serie y nuevo personaje. Burr se había pasado 10 años consiguiendo que millones de personas amasen por primera vez a un abogado. Pero Perry Mason, que había significado la fama y el dinero, había confinado al actor canadiense, mientras duró la producción, a una reclusión casi total en un bungalow.

Se entiende que no quisiera recluirse a continuación en una silla de ruedas. Al final lo hizo, y durante casi ocho años. Aunque nadie notara su nueva inmovilidad, porque Ironside tenía una furgoneta precibernética con elevador hidráulico y un asistente que corrían por él. Y nadie le sustituía en las escenas de acción, con o sin prótesis motora: no hubo nunca minusválido menos indefenso. A pesar de todo, tantas horas de rodaje (186 episodios) en la silla de ruedas dicen que consiguieron redondear su figura.