"Induráin no me ha impresionado"
Rominger atribuye su falta de fuerza a una indisposición que sufrió durante la etapa
Miguel Induráin, ni nadie de su equipo, celebró la ventaja que cobró ayer el corredor con respecto a Rominger y el resto de sus rivales. En la meta no hubo abrazos, ni felicitaciones, ni optimismo desmesurado. Todos los comentarios apuntaban a que el Tour aún no está ganado y que lo conseguido en la cima de Hautacan sólo sirve para encarar los próximos días con mayor tranquilidad.En el Mapei, las esperanzas siguen en pie. Rominger desfalleció ayer por una indisposición estomacal, y anuncia inminentes ataques al líder. Induráin dice que no se enteró de las indisposiciones de Rominger hasta la meta: "Yo le veía bien al principio de la etapa, como otros días, con fuerza y buena salud. Cuando empezamos el puerto sí le noté que flojeaba, imaginé yo que porque acusaba el primer contacto con la montaña, y entonces tiré hasta el final para cobrar la mayor ventaja posible".
A los 20 kilómetros de la salida, Roniinger comentó a Juan Fernández que le comenzaba a doler el estómago. "Ya había pasado mala noche", reveló un portavoz del equipo, "igual que Escartín, y es que algo les debió sentar mal. A los 70 kilómetros tuvo que pararse detrás de un árbol, porque estaba descompuesto. Entonces aprovechó para cambiar a la bicicleta más pequeña, con la que se adapta mejor a la montaña, pero no valió de nada. Iba ya debilitado. De lo contrario hubiera atacado en el puerto a su estilo, a falta de dos kilómetros".
Rominger quiere llenar de dificultades el camino del líder y anuncia la madre de todas las batallas: "Ahora ya no quedan más tácticas que las de atacar y atacar. Esto no está perdido. Induráin no me ha impresionado, en absoluto, porque si Leblanc le ha aguantado en la subida, que es un corredor regularcito, yo no tendré mayores problemas en cuanto me recupere de mi indisposición". Juan Fernández, director de Rominger, es más realista: "El tiempo perdido ha sido demasiado, pero igual que mi corredor ha tenido un mal día, cualquier otro también puede tenerlo. Pero hay que reconocer una cosa, Induráin no está fuerte, está fortísimo".
Este estado de forma no sorprende a Echávarri, director del Banesto: "Me han sorprendido los demás, no Miguel. A Rominger le ha debido pasar algo, porque si no, no hubiera andado tan mal. Pero no ha sido el único; a Chiappucchi le hemos encontrado vomitando en una cuneta".
Hoy es día de descanso. Mañana, etapa de impresión con subida al Peyresourde, Aspin, Tourmalet y llegada a la cumbre de Luz Ardiden.
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