Unidos para el éxitoRomario y Bebeto han olvidado sus rencillas para dar a Brasil su cuarta Copa del Mundo
En la vida, Romario y Bebeto son como el perro y el gato. Pero hace un mes, cuando su selección se preparaba para el campeonato de Estados Unidos, decidieron olvidar sus querellas y asociar su talento para ofrecer a Brasil el cuarto título de campeón del mundo, algo que no sucede desde hace 24 años, en 1970, en el Mundial de México.El sábado a mediodía, en Dallas, justo después de que Bebeto hubiera aprovechado una gracia de Romario para engañar a Ed de Goej, el portero holandés, esbozaron juntos algunos pasos de samba que fueron seguidos por sus aficionados con una endiablada canción de cuna: desde el jueves, Bebeto es papá por tercera vez. Su hijo ha recibido el nombre de Mattaeus, en homenaje al capitán de la selección alemana, que el domingo fue eliminada por Bulgaria.
Un poco más tarde, mientras que sus compañeros, abrazados, retornaban al vestuario del estadio, se quedaron rezagados sobre la hierba del Cotton Bowl para saborear su éxito, antes de abandonar el campo cogidos por el hombro, reunidos por una nueva complicidad y por la bandera brasileña que desplegabán ante ellos. Bonito símbolo.
Para la torcida, ver así a Romario y Bebeto, marcando el mismo paso, constituyó ciertamente una sorpresa importante y a la vez una promesa de éxito. Si la calidad extraordinaria de estos dos delanteros y su complementariedad no tenían por qué demostrarse, su cordial desaveniencia hizo planear hasta los primeros días de la competición una sombra de duda so)re su eficacia en el Mundial de Estados Unidos.
Todo empezó en el avión que trasladaba a la selección de Brasil hasta Canadá. Romario no quiso sentarse al lado de Bebeto y de Muller. "No es cuestión de viajar con estos dos...", dijo el delantero del Barcelona.
Ilustrado y engrandecido por la prensa brasileña, el incidente tuvo una gran resonancia, porque era la consecuencia de una sorda lucha de influencias que libraban las estrellas del Deportivo de La Coruña y del Barça por periódicos interpuestos. Romario encabezaba una campaña para que su amigo Edmundo fuera seleccionado a expensas de Muller, el gran amigo de Bebeto. Además, Romario había conseguido arrebatar a Bebeto la Liga española, justo en el último momento, después de que el equipo gallego fuera el más firme candidado a lo largo de toda la temporada y que perdió en el último minuto del campeonato.
Romario y Bebeto se rehuían más de lo que se buscaban y ello quedó patente durante los partidos de preparación y durante los entrenamientos. Es dificil encontrar personalidades más antagónicas. Bebeto, al que llaman Chorao -Llorón-, niño prudente y trabajador, cultiva una imagen gentil de devoto y buen padre de familia. Por el contrario, a Romario, diablillo bromista, le gustan las declaraciones corrosivas, el farniente y las discotecas hasta altas horas de la madrugada.
Conscientes de la futilidad de un desacuerdo que no hacía felices sino a los aficionados a los cotilleos, unidos por un mismo desafío a la vista de una prensa que sería tan rápida en inmolarlos como lo había sido para inciensarlos, Romario y Bebeto hicieron tabla rasa del pasado y se dedicaron a hacer lo que saben, jugar, y a explotar su talento, que les sobra.
El resultado es edificante. Sobre los 10 goles marcados por la selección de Brasil para llegar a la semifinal, ellos han logrado siete, cuatro de Romario -además de las cuatro asistencias de gol y un penalti recibido y transformado en gol por Rai- y tres de Bebeto con dos pases decisivos.
Quién sabe si Romario y Bebeto se reirán algún día juntos durante un partido improvisado de fut-voley sobre la playa de Ipanema, pasatiempo favorito de Romario. Pero si el próximo domingo logran darle la corone mundial a Brasil, la popularidad que compartirán será tan grande que podrá, sin celo ni envidias satisfacer sus egos.Elogios de la prensa
Mientras, la prensa brasileña no ha escatimado elogios hacia su selección: 'El cuarto título está próximo, escribía el domingo en su portada la Gazeta Esportiva, tras la clasificación de Brasil para las semifinales del Mundial gracias a su triunfo sobre Holanda (3-2), reflejando el sentimiento de toda la prensa de Río de Janeiro y de Sao Paulo y de la opinión pública.
La Gazeta Esportiva subraya especialemnte la actuación del defensa Branco, autor del tercer tanto. 'La selección quita la duda del alma de los aficionados', titulaba en primera página el Jornal dos Sports, recordando que "veinte años después, Brasil se ha tomado la revancha ante Holanda", en referencia a la derrota (0-2) ante este mismo equipo en las semifinales de la Copa del Mundo de 1974.
O Globo no vacila en escribir en enormes caracteres en su página deportiva Brasil, el exprimidor de naranjas, mientras que O Dia subraya que "Brasil está a dos pasos de su cuarto título" y afirma que "la naranja se transformó en zumo".
'La selección brilla y se clasifica para las semifinales' y 'Sufrir y vencer' son los titulares del Jornal do Brasil en portada y en cabeza del suplemento dedicado al Mundial.
El popular Folha de Sao Paulo indica que "este puesto entre los cuatro mejores equipos es ya el mejor resultado desde hace 16 años", destacando en un enorme titular que Brasil gana y pasa a semifinales
Resumiento los titulares, O Estado imprime en portada que "Brasil bate a Holanda, se venga de 1974 y se clasifica para las semifinales", para rubricar que este triunfo ha sido "una victoria dramática".
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