La Comunidad tuteló a 891 niños maltratados en 1993

La Comunidad de Madrid asumió la tutela de 891 niños maltratados en 1993. Son los casos en los que ha quedado demostrada la violencia psíquica o física ejercida contra los pequeños. Pero, además, hay otros 1.200 expedientes abiertos con sospechas de malos tratos que aún no se han podido probar.En 1992 fueron 691 -200 menos- los niños tutelados. Jesús Báez, responsable del programa de atención a maltratados en el Instituto Madrileño de Atención a la Infancia (Imain), cree que "las situaciones de maltrato no han aumentado, lo que han crecido son las denuncias por una mayor sensibilidad social sobre el problema". Es decir, que no hay 200 casos más de maltrato, sino que se han detectado 200 más.

La mayor parte de estos niños han sufrido violencia física (golpes, palizas) o una atención deficitaria (mala alimentación, falta de higiene, desprotección que les deja a merced de accidentes). Los malos tratos psicológicos resultan más difíciles de detectar.

Casos escondidos

La pregunta es: ¿cuántos de estos abusos pasan inadvertidos a los servicios sociales? Amparo Olmedilla, técnica de ese mismo departamento, asegura: "Sábemos que hay numerosos casos que no detectamos, pero no hay forma de saber cuántos son, nuestro reto es conseguir llegar a ellos".

Existen indicios de ese maltrato escondido. :Por un lado, los casos más graves. "Hay niños que llegan a nosotros en un estado grave, después de años de abusos; eso significa que durante todo ese tiempo no nos hemos enterado de su problema", explica, Olmedilla. Por otro, la constancia de que el problema trasciende a los denominados grupos de riesgo, que es con los que más se trabaja (alcohólicos, toxicómanos, familias desmembradas). "En las clases más acomodadas, los malos tratos son más difíciles de detectar porque no suelen ser usuarias de servicios sociales", añade.

El 50% de estos chiquillos tutelados por maltrato tienen edades entre los 6 y los 12 años. La mayoría proceden de ambientes sociales deprimidos, ya que el ambiente hostil favorece que las tensiones se traduzcan en violencia. La mayor parte ingresan en residencias del Gobierno regional. El resto pasan a ser acogidos por otros familiares o por parejas que les acogen en sus casas.

Báez reconoce que, a menudo, las instituciones encargadas de prevenir y detectar estas situaciones actúan demasiado tarde. Y cree que el trabajo conjunto entre el Ayuntamiento, la Comunidad, la policía, la escuela, la sanidad y la judicatura, a través de coordinadoras, es una vía para lograr una mayor eficacia.

Ya existen coordinadoras de este tipo en Carabanchel, Chamberí, Centro, Ciudad Lineal, Entrevías, Salamanca, Tetuán, Usera, Villaverde. Y también en ocho municipios, entre los que se están Leganés, Móstoles, San Sebastián de los Reyes y Coslada.